En el quirófano de iFixit han utilizado hoy el juego de herramientas de relojero, ya que por sus manos no ha pasado otro que el mismísimo Apple Watch. El wearable, que llega hoy a varios países, se ha dejado ver con todo lujo de detalles, sin olvidar la misteriosa batería o un sensor de oxígeno del que poco sabíamos hasta ahora. Por un lado, la fuente de energía incluida en el interior del dispositivo es de 205 mAh, una cantidad que queda bastante por debajo de los 300 mAh que podremos encontrar en las opciones con Android Wear del mercado e incluso los 410 mAh del G Watch R de LG.
Otro de los puntos interesantes que podemos sacar de este despiece, es que el procesador S1 que da vida al reloj no resulta demasiado fácil de sustituir, por lo que aquellos rumores y suposiciones que apuntaban a futuras actualizaciones de hardware (no olvidemos que hablamos de un complemento que suele tener muchos años de vida) perderían todo el sentido del mundo dada la complejidad de la intervención.