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Esto no sólo les permitirá dejar una copia de su cerebro en la nube, como ha pronosticado el ingeniero de Google, Ray Kurzweil, sino que ya no tendrá sentido el tener que estudiar, pues todos los conocimientos se cargarán en un instante en la memoria del individuo
Abelardo G. Quiñones, ingeniero físico-electrónico por la universidad manchega de Villatortas, y máster en informática supina por la universidad de Palo Superalto (USA), ha pronosticado que a partir de 2090 (en concreto a partir de abril de ese año, con un error de más/menos 4 días), la gente nacerá ya con puertos USB 8.0 en la cabeza (los más retrasadillos traerán el 7.0), que irán conectados al disco duro neuronal. “Esto no será fácil, no vayan ustedes a pensar”, ha dicho Quiñones, “pero se está en el camino de conseguirlo”. Dichos puertos estarán situados detrás de las orejas y serán sumergibles: la gente podrá bañarse sin tener que tapárselos.
Lo que pronostica Quiñones viene a explicar lo que dice el famoso Ray Kurzweil, jefe de ingeniería de Google, experto en inteligencia artificial y otras muchas materias, y que además de predecir la inmortalidad para dentro de unas décadas, ha dicho que en 20 años seremos capaces de hacer una copia de seguridad de nuestro cerebro y subirla a la nube. “Mi colega es demasiado optimista”, ha dicho Quiñones. “pues será en 75 años”. Otro asunto, como pensamos algunos, es para qué narices hay que subir una copia de nuestro cerebro a la nube, ¿para que llegue un listo y te robe las ideas? Pero ya se sabe en qué dirección va esta sociedad: primero exponemos nuestros pensamientos en las redes sociales (lo de pensamientos, en algunos casos, es una exageración), luego mostramos nuestras fotos y, en un futuro que ya casi está aquí, la exhibición llegará a la apoteosis total enseñando nuestro cerebro enterito. Cualquiera te va a averiguar la contraseña y te va a ver desnudo, mentalmente hablando.
Pero a lo que íbamos, el ingeniero villatortano Quiñones explica cómo hacer posible lo que plantea el ingeniero estadounidense Kurzweil: las copias del cerebro se harán gracias a esos puertos USB. Así de fácil. Ahora bien, eso no ocurrirá de un día para otro, sino que la mutación se producirá progresivamente, y, para ello, ya hay un grupo de 5.000 voluntarios y voluntarias en Villatortas Valley (un complejo tecnológico que se ha construido a las afueras de este pueblo), a los que se les ha insertado una tarjeta de expansión en el cráneo, y se les va a dejar allí en cautividad, a ver si se reproducen. Los científicos esperan que las criaturas que nazcan, lo hagan ya con algún tipo de circuitos impresos en el cerebro, y, a partir de ahí, mediante un triple trabajo de perfeccionamiento genético, biónico y molecular, en un par de generaciones ya se nacerá con esos puertos.
Ni que decir tiene que con este avance científico no tendrá ningún sentido estudiar. Sí, ¡el estudiar se va a acabar! ¿Que quieres meterte el contenido de toda la Enciclopedia Británica en unos cuantos segundos? Te enchufas el pendrive correspondiente, y listo. Los colegios y las universidades sobrarán. Alguien podrá decir que seguirán siendo necesarios para que los individuos se relacionen entre sí, y todo eso. Alguien muy antiguo, claro. Porque ya hace tiempo que los individuos se relacionan a través de cualquier dispositivo, y no con la palabra. Es más, esos que van a nacer con los puertos USB, probablemente nunca lleguen a saber hablar, y desarrollarán como mucho algunos sonidos, que les serán necesarios para el acercamiento sexual. En ese sentido, el ingeniero Quiñones nos tranquiliza: “Sí, el sexo se seguirá haciendo como ahora”, nos ha dicho. “Incluso hay algunos científicos que están investigando cómo alargar el orgasmo, pero eso ya es otro tema”, ha añadido.
Fuente:http://www.eljueves.es/2015/08/16/l...aran_con_puerto_usb_80_detras_cada_oreja.html
Abelardo G. Quiñones, ingeniero físico-electrónico por la universidad manchega de Villatortas, y máster en informática supina por la universidad de Palo Superalto (USA), ha pronosticado que a partir de 2090 (en concreto a partir de abril de ese año, con un error de más/menos 4 días), la gente nacerá ya con puertos USB 8.0 en la cabeza (los más retrasadillos traerán el 7.0), que irán conectados al disco duro neuronal. “Esto no será fácil, no vayan ustedes a pensar”, ha dicho Quiñones, “pero se está en el camino de conseguirlo”. Dichos puertos estarán situados detrás de las orejas y serán sumergibles: la gente podrá bañarse sin tener que tapárselos.
Lo que pronostica Quiñones viene a explicar lo que dice el famoso Ray Kurzweil, jefe de ingeniería de Google, experto en inteligencia artificial y otras muchas materias, y que además de predecir la inmortalidad para dentro de unas décadas, ha dicho que en 20 años seremos capaces de hacer una copia de seguridad de nuestro cerebro y subirla a la nube. “Mi colega es demasiado optimista”, ha dicho Quiñones. “pues será en 75 años”. Otro asunto, como pensamos algunos, es para qué narices hay que subir una copia de nuestro cerebro a la nube, ¿para que llegue un listo y te robe las ideas? Pero ya se sabe en qué dirección va esta sociedad: primero exponemos nuestros pensamientos en las redes sociales (lo de pensamientos, en algunos casos, es una exageración), luego mostramos nuestras fotos y, en un futuro que ya casi está aquí, la exhibición llegará a la apoteosis total enseñando nuestro cerebro enterito. Cualquiera te va a averiguar la contraseña y te va a ver desnudo, mentalmente hablando.
Pero a lo que íbamos, el ingeniero villatortano Quiñones explica cómo hacer posible lo que plantea el ingeniero estadounidense Kurzweil: las copias del cerebro se harán gracias a esos puertos USB. Así de fácil. Ahora bien, eso no ocurrirá de un día para otro, sino que la mutación se producirá progresivamente, y, para ello, ya hay un grupo de 5.000 voluntarios y voluntarias en Villatortas Valley (un complejo tecnológico que se ha construido a las afueras de este pueblo), a los que se les ha insertado una tarjeta de expansión en el cráneo, y se les va a dejar allí en cautividad, a ver si se reproducen. Los científicos esperan que las criaturas que nazcan, lo hagan ya con algún tipo de circuitos impresos en el cerebro, y, a partir de ahí, mediante un triple trabajo de perfeccionamiento genético, biónico y molecular, en un par de generaciones ya se nacerá con esos puertos.
Ni que decir tiene que con este avance científico no tendrá ningún sentido estudiar. Sí, ¡el estudiar se va a acabar! ¿Que quieres meterte el contenido de toda la Enciclopedia Británica en unos cuantos segundos? Te enchufas el pendrive correspondiente, y listo. Los colegios y las universidades sobrarán. Alguien podrá decir que seguirán siendo necesarios para que los individuos se relacionen entre sí, y todo eso. Alguien muy antiguo, claro. Porque ya hace tiempo que los individuos se relacionan a través de cualquier dispositivo, y no con la palabra. Es más, esos que van a nacer con los puertos USB, probablemente nunca lleguen a saber hablar, y desarrollarán como mucho algunos sonidos, que les serán necesarios para el acercamiento sexual. En ese sentido, el ingeniero Quiñones nos tranquiliza: “Sí, el sexo se seguirá haciendo como ahora”, nos ha dicho. “Incluso hay algunos científicos que están investigando cómo alargar el orgasmo, pero eso ya es otro tema”, ha añadido.
Fuente:http://www.eljueves.es/2015/08/16/l...aran_con_puerto_usb_80_detras_cada_oreja.html
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