La potencia eléctrica que tenemos contratada se refleja en nuestra factura de luz, y es importante elegir la que más nos conviene en función de nuestras necesidades reales, de esta manera pagaríamos exclusivamente por la energía que necesitamos y evitaríamos posibles incidencias en nuestro día a día. La clave está en “no pasarse” y “no quedarse corto”.
Cómo saber qué potencia eléctrica tengo contratada
Conocer qué potencia de luz tenemos contratada será el primer paso para saber si es la adecuada o si necesitamos aumentarla o disminuirla. Como ya sabemos, la potencia contratada limita el número de aparatos que podemos conectar de manera simultánea a la red eléctrica de un inmueble sin que salte el Interruptor de Control de Potencia (ICP). A mayor potencia, mayor será el número de aparatos eléctricos que podrás encender al mismo tiempo, pero también, mayor será el coste.
Podemos conocer cuál es nuestra potencia eléctrica contratada consultando una de nuestras facturas de luz, ya que es un concepto que debe aparecer de manera obligatoria en el recibo y vendrá expresada en kiloWatios (kW).
¿Tengo más potencia contratada de la que necesito?
Para conocer si tenemos mas potencia electrica de la que verdaderamente necesitamos, existe un método casero que nunca falla, la técnica de prueba y error que consiste en encender absolutamente todos los aparatos eléctricos de forma simultánea para ver si salta el ICP (lo que llamamos comúnmente como «plomos»). Si el ICP aguanta, significa que tenemos una potencia contratada mayor a la que necesitamos, es decir, estás pagando por un exceso de kW que no necesitas. En este caso podrías valorar reducirla y así ahorrar en tu factura de la luz.
¿Qué potencia de luz debo contratar?
El nivel de potencia recomendado viene marcado por diversos factores, entre los cuales podemos destacar:
¿Cómo tomo la decisión correcta?
Es importante sumar un margen de 1 kW para tener en cuenta las bombillas, lámparas, tostadora… y demás equipos de uso esporádico. De modo que la potencia mínima a contratar sería, en este caso, de 3.4 kW.
La potencia adecuada para un hogar permitirá a sus ocupantes realizar su vida normal. Debemos encontrar el rango adecuado, ni más ni menos, de potencia eléctrica para vivir con comodidad y tranquilidad. Hay que acertar a la hora de contratar un nivel de potencia u otro para tu vivienda, tu empresa o tu local.
Cómo saber qué potencia eléctrica tengo contratada
Conocer qué potencia de luz tenemos contratada será el primer paso para saber si es la adecuada o si necesitamos aumentarla o disminuirla. Como ya sabemos, la potencia contratada limita el número de aparatos que podemos conectar de manera simultánea a la red eléctrica de un inmueble sin que salte el Interruptor de Control de Potencia (ICP). A mayor potencia, mayor será el número de aparatos eléctricos que podrás encender al mismo tiempo, pero también, mayor será el coste.
Podemos conocer cuál es nuestra potencia eléctrica contratada consultando una de nuestras facturas de luz, ya que es un concepto que debe aparecer de manera obligatoria en el recibo y vendrá expresada en kiloWatios (kW).
¿Tengo más potencia contratada de la que necesito?
Para conocer si tenemos mas potencia electrica de la que verdaderamente necesitamos, existe un método casero que nunca falla, la técnica de prueba y error que consiste en encender absolutamente todos los aparatos eléctricos de forma simultánea para ver si salta el ICP (lo que llamamos comúnmente como «plomos»). Si el ICP aguanta, significa que tenemos una potencia contratada mayor a la que necesitamos, es decir, estás pagando por un exceso de kW que no necesitas. En este caso podrías valorar reducirla y así ahorrar en tu factura de la luz.
¿Qué potencia de luz debo contratar?
El nivel de potencia recomendado viene marcado por diversos factores, entre los cuales podemos destacar:
- Cantidad de electrodomésticos y el uso que hacemos de ellos.
- Número de personas que viven en el hogar (o trabajadores en el caso de ser un negocio).
- Tamaño del inmueble.
- Saber si nuestra instalación eléctrica es monofásica (habitual en el caso de las viviendas) o trifásica (habitual en el caso de naves industriales y fábricas), porque de ello depende la potencia eléctrica que podamos contratar.
- El tipo de iluminación de todas las estancias de la vivienda.
¿Cómo tomo la decisión correcta?
- Existe el método manual, mediante el cual sumaríamos la potencia eléctrica de todos los electrodomésticos que se tengan en casa, que será la potencia instalada, y la aplicaríamos posteriormente el factor de simultaneidad de 0,2 si el grado de utilización de los electrodomésticos es reducido, y de un 0,3 si es elevado. El resultado final obtenido sería un aproximado de la potencia eléctrica necesaria que se requiere, pero, en cualquier caso, la potencia necesaria a contratar nunca puede ser menor a la del electrodoméstico de mayor potencia que se tenga. Por ejemplo, la suma de las potencias de todos los electrodomésticos de tu casa es: 7.900 W. Si pasamos mucho tiempo en casa y hacemos un uno elevado de electrodomésticos, aplicamos el factor de simultaneidad de 0,3:
Es importante sumar un margen de 1 kW para tener en cuenta las bombillas, lámparas, tostadora… y demás equipos de uso esporádico. De modo que la potencia mínima a contratar sería, en este caso, de 3.4 kW.
La potencia adecuada para un hogar permitirá a sus ocupantes realizar su vida normal. Debemos encontrar el rango adecuado, ni más ni menos, de potencia eléctrica para vivir con comodidad y tranquilidad. Hay que acertar a la hora de contratar un nivel de potencia u otro para tu vivienda, tu empresa o tu local.
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