Sabias que...

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"Bohemian Rhapsody" de Queen es mejor que el sexo para los británicos. A esa conclusión llegó un estudio que buscaba establecer la relación entre la música, el amor y la seducción
Londres (EFE). La canción “Bohemian Rhapsody” de Queen es “mejor que el sexo” para los británicos, y “Sexual Healing” de Marvin Gaye les ayuda a “animarse”, según los resultados del estudio “La ciencia detrás de la canción” publicados hoy.
La investigación, realizada para Spotify por el psicólogo musical Daniel Müllensiefen de la Universidad de Londres, busca examinar la relación entre la música, el amor y la seducción, para lo que se entrevistó a 2.000 personas en Reino Unido con edades comprendidas entre 18 y 91 años.
El resultado es un conjunto de listas con las canciones que mejor acompañan una cena para dos, una pista de baile, el sexo o bien ayudan a ponerse a tono, donde la leyenda Marvin Gaye se erige como triunfador.
Su tema “Sexual Healing” ocupa el primer lugar de la lista “Las 20 mejores canciones para animarse” mientras que su “Let’s Get it On” es la favorita en una cena romántica.
“IR POR UN CAMINO DIFERENTE”
Müllensiefen explicó que “la música es capaz de activar las mismas zonas de placer del cerebro que la comida o el sexo” y, para uno de cada tres encuestados, “Bohemian Rhapsody” lo consigue incluso en mayor medida.
La lista de “Las 20 canciones mejores que el sexo”, encabezada por el tema de Queen, concede el segundo lugar a “Sex On Fire de Kings of Leon” y el tercero a la balada de Robbie Williams “Angels”.
El psicólogo señaló que el éxito de estas “obras maestras épicas” reside en su capacidad de “superar nuestras expectativas musicales” e ir “por un camino diferente”.
“DIRTY DANCING”
Ya en el dormitorio, tanto los británicos como las británicas apuntaron a la banda sonora de “Dirty Dancing” como la música más excitante, una lista en la que se encuentra también un tema clásico, el “Bolero” de Ravel.
El estudio revela también que más del 40 por ciento de las personas afirmó que la música que escucha mientras mantiene relaciones sexuales tiene más probabilidad de estimularles que el tacto o la sensación del cuerpo de su pareja.
 
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Mercurio es el planeta del Sistema Solar más próximo al Sol y el más pequeño. Forma parte de los denominados planetas interiores o rocosos y carece de satélites. Se conocía muy poco sobre su superficie hasta que fue enviada la sonda planetaria Mariner 10 y se hicieron observaciones con radares y radiotelescopios.

Antiguamente se pensaba que Mercurio siempre presentaba la misma cara al Sol, situación similar al caso de la Luna con la Tierra; es decir, que su periodo de rotación era igual a su periodo de traslación, ambos de 88 días. Sin embargo, en 1965 se mandaron impulsos de radar hacia Mercurio, con lo cual quedó definitivamente demostrado que su periodo de rotación era de 58.7 días, lo cual es 2/3 de su periodo de traslación. Esto no es coincidencia, y es una situación denominada resonancia orbital.

Al ser un planeta cuya órbita es inferior a la de la Tierra, Mercurio periódicamente pasa delante del Sol, fenómeno que se denomina tránsito astronómico. Observaciones de su órbita a través de muchos años demostraron que el perihelio gira 43" de arco más por siglo de lo predicho por la mecánica clásica de Newton. Esta discrepancia llevó a un astrónomo francés, Urbain Le Verrier, a pensar que existía un planeta aún más cerca del Sol, al cual llamaron Vulcano, que perturbaba la órbita de Mercurio. Ahora se sabe que Vulcano no existe; la explicación correcta del comportamiento del perihelio de Mercurio se encuentra en la Teoría General de la Relatividad.

Por otro lado, la órbita de Mercurio es la más excéntrica de los planetas menores, con la distancia del planeta al Sol en un rango entre 46 millones y 70 millones de kilómetros. Tarda 88 días terrestres en dar una traslación completa. Presenta además una inclinación orbital (con respecto al plano de la eclíptica) de 7°.

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En la imagen anexa se ilustran los efectos de la excentricidad, mostrando la órbita de Mercurio sobre una órbita circular que tiene el mismo semieje. La elevada velocidad del planeta cuando está cerca del perihelio hace que cubra esta mayor distancia en un intervalo de sólo cinco días. El tamaño de las esferas, inversamente proporcional a la distancia al Sol, es usado para ilustrar la distancia variable heliocéntrica. Esta distancia variable al Sol, combinada con la rotación planetaria de Mercurio de 3:2 alrededor de su eje, resulta en complejas variaciones de la temperatura de su superficie, pasando de los -185°C durante las noches hasta los 430 °C durante el día.

La oblicuidad de la eclíptica es de solo 0,01° (grados sexagesimales), unas 300 veces menos que la de Júpiter, que es el segundo planeta en esta estadística, con 3,1° (en la Tierra es de 23,5°). De esta forma un observador en el ecuador de Mercurio durante el mediodía local nunca vería el Sol más que 0.01° al norte o al sur del cenit. Análogamente, en los polos el sol nunca pasa 0.01° por encima del horizonte.

Amanecer doble


En Mercurio existe el fenómeno de los amaneceres dobles, donde el Sol sale, se detiene, se esconde nuevamente casi exactamente por donde salió y luego vuelve a salir para continuar su recorrido por el cielo; esto solo ocurre en algunos puntos de la superficie: por el mismo procedimiento, en el resto del planeta se observa que el Sol aparentemente se detenga en el cielo y realice un movimiento de giro. Esto es porque aproximadamente cuatro días antes del perihelio, la velocidad angular orbital de Mercurio iguala su velocidad angular rotatoria, lo que hace que el movimiento aparente del Sol cese; justo en el perihelio, la velocidad angular orbital de Mercurio excede la velocidad angular rotatoria. De esta forma se explica este movimiento aparente retrógrado del Sol. Cuatro días después del perihelio, el Sol vuelve a tomar un movimiento aparente normal pasando por estos puntos
 
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Investigadores suizos confirmaron una creencia popular al afirmar que cuando hay luna llena es mucho más difícil para las personas dormir profundamente, incluso cuando no se la ve.

Los resultados de un estudio realizado en 33 voluntarios fueron publicados en la revista Current Biology y mostraron que a las personas les cuesta más dormirse por la noche y duermen durante menor tiempo cuando hay luna llena.

Los voluntarios fueron controlados en dos noches distintas y no eran conscientes del ciclo de la luna durante el periodo que pasaron en el laboratorio de sueño.

Cuando la luna estaba llena, las personas durmieron una media de 19 minutos menos y les costó cinco minutos más quedarse dormidos que cuando había luna nueva.

"El ciclo lunar parece influenciar el sueño de los humanos, incluso cuando uno no 've' la luna y no es consciente de la fase lunar", afirma Christian Cajochen, del Hospital Psiquiátrico de la Universidad de Basilea.

Los estudiantes que participaron en el estudio también afirmaron sentirse peor descansados y mostraron niveles más bajos de melatonina, la hormona que regula los ciclos de sueño y vigilia, durante la luna llena.

"Que nosotros sepamos, éste es el primer informe de la influencia lunar en parámetros objetivos de sueño", afirmó el estudio.

Los investigadores afirman que más estudios podrían determinar si la luna tiene también efectos medibles en el ánimo y el rendimiento mental de las personas.
 
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Un estudio realizado en Francia durante más de 15 años arrojó resultados que contradicen la creencia popular sobre las ventajas de usar brasier para las mujeres.
La publicación francesa en inglés, The Local, señaló que el investigador Jean-Denis Rouillon, de la Universidad Besan advierte que el uso del sostén no solamente no proporciona soporte que alivie el dolor de espalda y evite la caída natural de los senos, sino que, por el contrario, fomenta la flacidez.
Fueron 15 años de estudio, de observación y medición de 330 mujeres voluntarias de entre 18 y 35 años de edad.
Los investigadores encontraron que, a diferencia de las mujeres que usaron brasier, las que no lo hicieron presentaron un levantamiento en la posición del pezón en un promedio de 7 milímetros por año y sus senos se notaron mucho más firmes.
“Medica, fisiológica y anatómicamente, los senos no se benefician al negárseles la gravedad. Por el contrario, se tornan más flácidos con el sostén”, dijo el profesor Jean-Denis Rouillon
Según este investigador, el estudio demostró que el sujetador limita el crecimiento de tejido de soporte, haciendo que los senos se deterioren más rápidamente.
 
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La bella durmiente del bosque es un cuento de hadas popular europeo nacido de la tradición oral; las dos versiones más conocidas son éstas dos:
  • La primera versión es de Charles Perrault, en su libro Cuentos de Mamá Ganso publicado en 1697: Belle au Bois Dormant (La bella durmiente del bosque)
  • La segunda versión es de los Hermanos Grimm: "Dornröschen" (La espina de la rosa)
 

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