Ya se puede hackear y controlar a distancia los aparatos voladores para evitar que entren en zonas no deseadas
La irrupción de los drones en la sociedad occidental ha dado lugar a una importante controversia. Estos artefactos voladores se utilizan para fines artísticos (ofrecen imágenes inéditas hasta ahora), de seguridad (colaboran con los cuerpos policiales y en la lucha antiterrorista), de ingeniería civil (para supervisar la construccion de infraestructuras) o como hobby, entre otros, pero también para otros fines menos edificantes.
Las autoridades estan preocupadas por las cada vez más frecuentes interferencias de drones con los aviones que aterrizan o despegan de los aeropuertos, con los casos de espionaje mediante el uso de estos artefacto, e incluso por su empleo para introducir contrabando en las carceles.
La compañía australiana DroneShield tiene una solución para estos problemas. Sus ingenieros han desarrollado un dispositivo para hackear e inhabilitar estos aparatos a una distancia de hasta dos kilómetros. Este arma antidrones lanza una señal que interfiere las frecuencias con las que se controla el artefacto volador para hacerlo aterrizar o alejar de la zona que se quiere proteger. La "contramedida" consiste en una suerte de aparatosa escopeta conectada a una mochila de unos cinco kilogramos. Como muestra el vídeo adjunto, basta con apuntar al aparato para hacerse con su control y desplazarlo a voluntad.