Frankvirogo
De parvis grandis acervus erit
Diamante
Cocinero
Diamante en bruto
El que sabe sabe
Corazón DualSIM
Su diseño está inspirado en los insectos voladores y sus alas flexibles
Uno de los mayores miedos que puede tener alguien cuando se compra un dron (especialmente uno caro) es encontrarse con algún obstáculo que acabe cargándose su juguete. Determinados golpes pueden dañar de manera irreparable este aparato volador, por lo que dar con soluciones que los hagan más resistentes siempre son bienvenidas. La que proponen los investigadores del Floreano Lab, NCCR Robotics y el École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) resulta realmente interesante y bien podría tomarse como directriz de diseño para futuros dispositivos.
Inspirándose en la flexibilidad de las alas de los insectos voladores, este grupo ha diseñado así un quadricóptero con un marco exterior de fibra de vidrio realmente fino (solo 0,3 mm) y unos brazos que se unen a un imán central. Gracias a estas dos características, el dron puede soportar una buena cantidad de golpes de alta intensidad sin romperse al tiempo que se "recompone solo", organizando de nuevo todas sus secciones gracias a la atracción del imán. En cuestión de segundos, como podrás ver en el vídeo, el dron vuelve a estar así operativo tras un choque, volando como si no hubiera pasado nada.
El equipo explica que el imán central está diseñado y posicionado precisamente para mantener rígido el dron mientras vuela. Cuando se golpea, sin embargo, el enlace magnético cede, facilitando que el dron se deforme temporalmente para reabsorber mejor el coque y proteger así otros componentes del aparato.
Te dejamos a continuación con la grabación del experimento (que se ha llevado a cabo más de 50 veces). Tranquilo, el dron protagonista de las imágenes no sufrió ningún daño físico ni psicológico tras las pruebas. Dentro video.
Fuente: Este dron es capaz de chocar contra un muro, caer y volverse a recomponer sin ayuda
Uno de los mayores miedos que puede tener alguien cuando se compra un dron (especialmente uno caro) es encontrarse con algún obstáculo que acabe cargándose su juguete. Determinados golpes pueden dañar de manera irreparable este aparato volador, por lo que dar con soluciones que los hagan más resistentes siempre son bienvenidas. La que proponen los investigadores del Floreano Lab, NCCR Robotics y el École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) resulta realmente interesante y bien podría tomarse como directriz de diseño para futuros dispositivos.
Inspirándose en la flexibilidad de las alas de los insectos voladores, este grupo ha diseñado así un quadricóptero con un marco exterior de fibra de vidrio realmente fino (solo 0,3 mm) y unos brazos que se unen a un imán central. Gracias a estas dos características, el dron puede soportar una buena cantidad de golpes de alta intensidad sin romperse al tiempo que se "recompone solo", organizando de nuevo todas sus secciones gracias a la atracción del imán. En cuestión de segundos, como podrás ver en el vídeo, el dron vuelve a estar así operativo tras un choque, volando como si no hubiera pasado nada.
El equipo explica que el imán central está diseñado y posicionado precisamente para mantener rígido el dron mientras vuela. Cuando se golpea, sin embargo, el enlace magnético cede, facilitando que el dron se deforme temporalmente para reabsorber mejor el coque y proteger así otros componentes del aparato.
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