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Haulage Man
- Los principales fabricantes de smartphones echan mano del diseño para tratar de diferenciar sus productos en un mercado en el que hay demasiados teléfonos parecidos tanto por dentro como por fuera
Y es que el metal o el cristal son capaces de aportar a los terminales un acabado espectacular y, por qué no reconocerlo, un plus de exclusividad respecto a los productos de las marcas que no cuidan tanto de la estética de sus celulares. Si a ello le unimos vanguardistas formas donde las líneas rectas se alían con las curvas en el momento más inesperado con el objetivo de crear un objeto único que sea práctico a la vez que bello, obtenemos un móvil de lo más 'fashion', como cualquiera de los cinco que te presentamos a continuación. Teléfonos tan bonitos que puedes estar mirándolos durante un montón de rato hasta llegar a olvidarte de encenderlos, terminales tan hermosos que debería estar prohibido ocultarlos bajo una funda por muy protectora que sea.
iPhone 6. Un icono de belleza
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Si hay una compañía que siempre le ha dado mucha importancia al diseño de sus smarthones es Apple. Todos sus teléfonos tienen algo que los hace tremendamente atractivos a la vista y el iPhone 6 no es una excepción. De hecho, su aspecto visual resume a la perfección lo que ha hecho la marca de la manzana mordida durante todos estos años en este campo. Eso sí, cuando aparecieron las primeras fotografías del teléfono, se alzaron algunas voces críticas con sus formas redondeadas, ya que más de uno añoraba los ángulos rectos presentes en el iPhone 4, para muchos la obra culmen de Apple en términos de elegancia estética. Y no hablemos ya de las famosas líneas en su parte trasera, en realidad las antenas del terminal, a las que no dudaron en calificar de horrendas, ya que parecían unas pegatinas cutres sobre la superficie pulida de aluminio de una carcasa que, en opinión de los más estilistas tecnológicos, debía permanecer impoluta. Salvo por el símbolo de la manzana mordida, claro está.
Pero cuando el iPhone 6 y su hermano mayor, el plus, salieron al mercado, se convirtieron de inmediato en un auténtico icono de belleza para un sector que cuida cada vez más de la apariencia de sus productos. Incluso las controvertidas líneas, que por otro lado ya estaban presentes en la familia One de HTC, resultaban tan atractivas en el diseño final que al poco tiempo fueron copiadas por otros fabricantes. Si a todo ello le sumamos solo 6,7 milímetros de grosor, 129 gramos de peso y una combinación de colores tan acertada como atractiva -gris espacial, gold y silver- tenemos un móvil ganador que muy pronto se puso de moda, en todos los sentidos de la palabra. Apple lo había vuelto a lograr, aunque para ello tuvo que incrementar el tamaño de sus pantallas con el fin de adaptarse a las nuevas tendencias de mercado.
Como únicos puntos negativos en el aspecto visual de los nuevos iPhones, hay que reconocer que su acabado metalizado lo hace un poco escurridizo en la mano con el riesgo que ello conlleva para su integridad física. Y no olvidemos que este material se raya con suma facilidad, por lo que se hace casi imprescindible protegerlo con una funda. Una pena. También hay que destacar que todavía posee unos marcos de pantalla más grandes que otros móviles de gama alta, algo que los diseñadores de Apple deberán mejorar en los modelos futuros. Y no nos olvidemos del verdadero talón de Aquiles de este teléfono, una cámara trasera que sobresale un poco de la carcasa por mucho que su lente esté protegida por cristal de zafiro. Un error que se podría haber subsanado con solo hacerlo un poco más grueso, lo que hubiera permitido incluso poner una batería de mayor capacidad. En todo caso, es un móvil que entra por los ojos nada más mirarlo. Y no solo porque lleve el logotipo de la manzana mordida en su parte trasera.
Samsung Galaxy S6 Edge. Por fin de aluminio
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Con el lanzamiento el pasado año de teléfonos que apostaban por el aluminio como el iPhone 5s o el HTC One (M8), todas las miradas se volvieron a Samsung. ¿Cómo era posible que una gran compañía como la coreana todavía confeccionara su buque insignia, el Galaxy S5, totalmente embutido en plástico? Los más críticos con la multinacional asiática sostenían que la elección de ese material era impropia para un terminal de gama alta, mientras que el fabricante explicaba que era la mejor opción para permitir a los usuarios extraer la batería, una de las grandes ventajas de sus terminales respecto a los de la competencia. Aunque el móvil tuvo una muy buena acogida en el mercado, convirtiéndose una vez más en uno de los más vendidos de 2014, no arrasó en ventas como había hecho años atrás cuando lideraba con holgura el sector de la telefonía móvil. Y está claro que Samsung no se conforma con menos.
Por ello, había mucha curiosidad en descubrir cómo sería el nuevo galaxy S6. Y, en cuestión de diseño, desde luego no defraudó. Todo lo contrario. Por fin los coreanos utilizaban el aluminio para envolver a su teléfono estrella, algo por otra parte ya presente en la familia galaxy A, un auténtico banco de pruebas que resultó todo un éxito y que empujó a Samsung a dar el paso definitivo hacia los materiales de calidad en su tope de gama. Pero aún hay más. El S6 llegaba acompañado por un hermano casi gemelo, el Edge. La única diferencia era su pantalla ligeramente curvada, que en la práctica supone eliminar los marcos laterales, gracias al gran trabajo previo desplegado por los coreanos en este campo en los últimos años. Pese a costar 850 euros en su modelo más básico, 150 euros más que el S6 normal, se convirtió de inmediato en el objeto de deseo por parte de muchos usuarios que no dudan en calificarlo como el smartphone más bonito de la historia, incluso por delante del aclamado iPhone 6.
No es para menos. La curvatura de su pantalla, pese a que apenas tiene funciones prácticas si exceptuamos la posibilidad de acceder a nuestros contactos favoritos a través de un menú emergente, le confiere un aspecto vanguardista, como si estuviésemos ante un móvil diseñado en el futuro. Y es que el aluminio combinado con el cristal en un cuerpo único, adiós a las carcasas traseras intercambiables, le otorgan un aspecto increíble, además de permitir agarrar mejor el teléfono. También la elección de estos dos materiales posibilita a los usuarios ofrecer una variedad cromática de lo más atractiva, ya que este terminal, de 132 gramos de peso, está disponible en unos blancos, dorados, negros y verdes de lo más atractivos.
Eso sí, al igual que el teléfono de Apple, los coreanos han optado por preservar la delgadez del terminal, con solo 7 milímetros de grosor, a costa de que su cámara trasera sobresalga un poco respecto a la carcasa. Nada preocupante, pero es algo que a algunos puristas del diseño les molesta sobremanera. También se le critica que la toma de auriculares esté en la zona inferior cuando lo natural es que esté en la superior. Un detalle menor teniendo en cuenta el gran trabajo de diseño realizado por Samsung con este teléfono que por fin parece un terminal de gama alta. Eso sí, por el camino hemos perdido la posibilidad de extraer la batería, la posibilidad de contar con una tarjeta de memoria y la protección al agua y resistencia al polvo que estaba presente en el modelo anterior. Da igual. Es tan bonito…
HTC One M9. Metal pulido
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Más sabe el diablo por viejo que por diablo. HTC lleva muchos años en el sector de la telefonía móvil y, con la llegada de los nuevos iPhones, pronto se dio cuenta de que el diseño era un valor en alza en un mercado en el que casi todos los teléfonos tienen prácticamente el mismo hardware. En 2013 la compañía de Taiwán lanzó su nuevo buque insignia, el HTC One. Su cuerpo unibody de aluminio causó una honda admiración entre los amantes de la estética más tecnológica. Han pasado tres años desde aquello y la familia One ya va por su tercera generación sin apenas cambios en su aspecto. Lógico, teniendo en cuenta que la intención de HTC "era crear una pieza de diseño atemporal", tal y como afirmaba su CEO, Peter Chou. En ese sentido, el M9 es demasiado parecido a los anteriores modelos y eso tiene su parte negativa, pero también positiva. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Lo malo es que tres años con el mismo diseño es demasiado tiempo en un mercado que acaba de recibir el Galaxy s6 Edge, su gran competidor en este apartado.
En todo caso, nos encontramos con uno de los móviles más bonitos del mercado. Destaca el tratamiento del metal, totalmente pulido, lo que le confiere una belleza muy peculiar al alcance de muy pocos terminales. Además, es menos resbaladizo que otros teléfonos de similares materiales, lo que le aporta un plus extra de seguridad ante posibles caídas. Por si fuera poco, el cuerpo compacto esconde un hueco para una tarjeta de memoria SD, algo de lo que carece el Edge de Samsung todavía no se sabe muy bien por qué. Asimismo, la cámara posterior encaja perfectamente en la pantalla sin protuberancias, lo que unido a la desaparición de la segunda lente de su antecesor, le aporta un plus de elegancia respecto a otros teléfonos de la competencia.
Y no nos olvidemos de los fantásticos altavoces BoomSound en el frontal, que no solo sirven escuchar tu música preferida con una calidad de audio excepcional, sino que además se ha convertido en una de sus señas estéticas de identidad a costa, eso sí, de ser un poco más grande que sus competidores. Además, el M9 llega con más variedad cromática que sus antecesores: plateado con el borde biselado dorado o rosado, gris, dorado y rosado con el borde en dorado. Unas combinaciones de color de lo más acertadas capaces de contentar a todos los gustos y estilos. Puede que el factor sorpresa haya desaparecido con la llegada de este terminal de tercera generación, pero si te gustan los teléfonos con un diseño espectacular, desde luego es uno de los mejores.
Huawei P8. El más fino del mercado
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Que los chinos quieren comerse todo el pastel de la telefonía móvil no es ya ningún secreto gracias al lanzamiento de unos terminales que combinan lo último en hardware con precios de los más contenidos. La novedad es que algunas marcas también quieren atacar el sector de la gama alta jugando también con la carta del diseño. Una de estas compañías es Huawei, que parece empeñada en hacer frente a multinacionales de la talla de Samsung o Apple sacando al mercado un móvil tan atractivo como el P8. Al igual que el HTC One, posee un cuerpo principal de aluminio, lo que le aporta un aspecto de lo más premium a costa de experimentar un ligero sobrecalentamiento de su superficie cuando sus procesadores están trabajando a plena potencia. Eso, sin contar que es más resbaladizo en la mano debido a la elección de este material. Nada, por otro lado, demasiado preocupante si se utiliza con cuidado y con las dos manos.
En el lado positivo, se trata del terminal más fino del mercado con sus 6,4 milímetros y unos livianos 144 gramos de peso. No hay otro igual, gracias también a que está disponible en cuatro personalísimas combinaciones de colores: Mystic Champagne, Prestige Gold, Titanium Gray y Carbon Black. Por otro lado, si te gustan las líneas rectas sin apenas concesiones, es tu teléfono ya que solo se permite contar con unas esquinas mínimamente curvadas. El caso es que nadie puede negar que estamos ante un smartphone de gran personalidad, que cuenta incluso con una abertura para una tarjeta de memoria microSD. Y todo ello, por unos 500 euros, 200 menos que otros terminales de similares características tanto por dentro como por fuera. Está claro que al P8 le falta muy poco para medirse de igual a igual con terminales de la talla del iPhone 6 o el Samsung Galaxy S6 Edge en cuestión de diseño. En cualquier caso, se trata de un celular bueno, bonito y barato. Un sueño hecho por fin realidad.
LG G4
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Hay que reconocerlo, el último buque insignia de LG es ante todo un móvil para gente práctica a la que no le importe sacrificar el diseño más vanguardista si con ello cuenta con una serie de características para ellos fundamentales, como la memoria microSD o la batería intercambiable, que marcas como Samsung han dejado definitivamente aparcadas en su Galaxy S6. Pero eso no significa que el LG G4 sea un teléfono feo. Todo lo contrario, porque la multinacional coreana se ha sacado de la manga una carcasa trasera de cuero auténtico que está despertando auténtica admiración. Es prácticamente una réplica estética del LG G3, con su logo centrado en la parte superior, pero sus traseras intercambiables de piel disponibles en varios colores, y también en plástico imitando a metal o cerámica, le aportan una personalidad irresistible para los que gustan de ir a la moda incluso en un gadget tan tecnológico como un smartphone.
También hay que reconocer que sus botones traseros debajo de la cámara le hacen tener un aspecto inconfundible respecto al resto de smartphones, lo que tiene mucho mérito teniendo en cuenta la saturación de móviles muchos de ellos totalmente iguales. Los más críticos, sin embargo, le achacan el hecho de tener más marcos que su predecesor y un grosor de 8,9 milímetros que, sin ser excesivo, no le hace ser uno de los terminales más delgados del mercado. Da lo mismo. Nadie puede negar que el G4 ha ganado en prestancia al contar con un bisel metálico, algo que Samsung ya incorporó con éxito en su Galaxy S5 y Note 4, además de una pantalla ligeramente curvada aunque sin llegar al nivel del Galaxy S6 Edge.
En todo caso, nos encontramos con que LG ha logrado poner de moda el cuero como elemento de diseño, algo que muy pocos antes se habían atrevido a utilizar, salvo Motorola y sus carcasas traseras intercambiables de diferentes materiales para su Moto X, incluidas las de piel de diferentes tonalidades y las aún más espectaculares de madera de bambú, ébano, palisandro y teca. Casi nada. Y es que los productos más tecnológicos también pueden ser increíblemente hermosos. A este paso, dentro de poco las modelos se pasearán sobre las principales pasarelas del mundo de la moda con los teléfonos pegados a la oreja para mostrar las últimas tendencias en el mercado de la telefonía móvil. Tiempo al tiempo.
Fuente: El correo.com
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