Chistes...

Había una vez dos amigos llamados Pedro y Juan, eran tan amigos que donde sea que iban estaban juntos, era tal su amistad que hasta se bañaban juntos.

Un día en una fiesta Pedro quería sacar a una chica a bailar y le dice a Juan:

Juan, quiero sacar a bailar a esa chica.

Y luego se dicen: ¡Sácala tú Juan! ¡No, sácala tú Pedro!

Total los dos la sacan a bailar.

Luego Juan quería comprometerse con la chica y le dice a Pedro:

Quiero comprometerme con esa chica.

Y luego se dicen: No, mejor tú Pedro. No, tú Juan.

Total los dos se comprometieron con la chica y después se casaron.

En la luna de miel Pedro quería acostarse con ella y le dijo a Juan: Quiero acostarme con ella.

Y luego se dicen: No, mejor tú Juan. No, tú Pedro.

Total los dos se acuestan y la chica queda embarazada de gemelos, después de 1 año el bebé no nacía y Pedro y Juan estaban muy preocupados.


Entonces, los doctores intentaron oír sus latidos pero sólo escucharon:

¡Sal tú Juan! ¡No, sal tú Pedro.
 
-En un bar dos compadres están platicando tranquilamente:
-¿Por qué no fuiste al entierro de Juan? Le pregunta uno al otro.
-Ay si serás tonto Gonzalo, cómo iba a ir si sé perfectamente que él no va a ir al mío.
 
Entra un señor en un bar y pide un café, el mozo lo trae y el señor se lo toma, pide la cuenta y el mozo le dice:


Son 26 pesos.
¿Cuántos? ¿Un café 26 pesos? ¿Usted está loco?
Entonces, el señor se acuerda que tiene 26 monedas de un peso y se las empieza a tirar de una detrás del mostrador, y así las 26 monedas. El señor se va y el mozo se quedó re caliente, este maldito, me tiró todas las monedas.
Vuelve el mismo señor a la semana, pide otro café, se lo trae el mozo y el señor se lo toma, cuando pide la cuenta el mozo le dice:
Son 26 pesos.
El señor saca un billete de 50 pesos y se lo da al mozo. El mozo va a la caja y le dice al cajero:
Mira, ahí está el maldito que me tiró las 26 monedas, dame el vuelto en monedas que lo voy a joder.
El cajero le da 24 monedas de un peso y el mozo se acerca al señor y le dice:
Aquí tiene su vuelto, y le tira de a una todas las monedas.
El señor saca dos monedas, las tira y le dice:
¡Mozo, otro café!
 
Un día, un bombero llegó del trabajo y le dijo a su esposa:

Sabes, en la estación tenemos un excelente sistema de trabajo.

  • Cuando suena la primera sirena, nos ponemos el traje…
  • Cuando suena la segunda nos deslizamos por el tubo..
  • Y con la tercera nos alistamos para subir al camión.
“De ahora en adelante”, continuó el hombre, “nos vamos a organizar con el mismo sistema aquí.”

  • Cuando diga primera sirena, quiero que te quites la ropa…
  • Cuando diga segunda sirena que saltes a la cama
  • Y a la tercera sirena, que hagamos el amor toda la noche.
La siguiente noche, el bombero llegó a su casa y comenzó a gritar:

  • “Primera sirena”, y su esposa se quitó la ropa
  • “Segunda sirena”, y la mujer saltó a la cama.
  • “Tercera sirena”, y comenzaron a tener sexo.
Luego de dos minutos, la esposa gritó:


“CUARTA SIRENA”

“¿Qué diablos es la cuarta sirena?”, preguntó el marido desconcertado.

“Significa que debes extender más la manguera porque no estás ni cerca del fuego.”
 
Cierto día, el Pentágono decide jubilar a tres generales que ya estaban bien entraditos en años, proponiendoles como contrapartida 100.000 dólares por cada metro que midieran entre 2 partes de sus cuerpos.

Estas fueron las medidas de cada uno:

El primer General decide que el examinador le tome las medidas desde la planta del pie hasta lo alto de la cabeza.

Después de medirle, el examinador le atribuye una cuantía de 183.000 dólares.

El segundo General decide estirar los brazos hacia los lados, manteniéndolos paralelos al suelo, y pide ser medido desde la punta de los dedos de la mano derecha hasta la punta de los dedos de la mano izquierda.

El examinador le mide y le atribuye una cuantía de 205.000 dólares.

Cuando llega el turno del tercer General, para espanto general, pide ser medido de la punta del pene hasta los testículos, a lo que los presentes responden con una sonora carcajada.

El examinador intenta disuadirlo durante algunos minutos, pero al ver que el general estaba firme en sus propósitos, decide concederle su voluntad, mandando bajarse los calzoncillos.

Coloca una punta de la cinta métrica en la extremidad del pene y cuando está comenzando a medir, exclama:

– “Pero dónde diablos están los testículos!”

A lo que el general responde :


– “En Vietnam”.
 
Un grupo de mujeres jóvenes está de vacaciones y de pronto encuentran un hotel de cinco pisos, con un cartel que dice “Exclusivamente para mujeres”.

Como están sin sus parejas, deciden entrar para ver si vale la pena alojarse allí.

El recepcionista, un hombre muy atractivo, les explica cómo es el hotel.

– Tenemos cinco pisos… vayan piso por piso, y cuando encuentren lo que buscan, vienen a registrarse.

Es fácil decidir, porque en cada piso hay avisos que indican qué contienen.

Así que entran y, en el primer piso, en el aviso se lee:

“Aquí, todos los hombres son pésimos haciendo el amor, pero son muy sensibles y amables”.

Las amigas se ríen a carcajadas y sin dudar suben al piso siguiente.

El aviso del segundo piso dice:

“Aquí, todos los hombres hacen el amor de modo maravilloso, pero generalmente tratan mal a las mujeres”.

Esto no les parece aceptable, así que las mujeres siguen al tercer piso…

Aquí el el aviso dice:

“Aquí, todos los hombres son amantes excelentes, y son sensibles a las necesidades de las mujeres”.

Esto se ve bueno, pero todavía faltan dos pisos.

En el cuarto piso, el aviso es sorprendente:

“Aquí todos los hombres tienen cuerpos perfectos; son muy sensibles y atentos con las mujeres; son amantes perfectos; todos son solteros, con mucho dinero y dispuestos a casarse”.


Definitivamente es perfecto, pero las mujeres están intrigadas por ver qué hay en el quinto piso, antes de quedarse en el cuarto piso.

Cuando ellas llegan al quinto piso, en el aviso dice:

“Aquí no hay hombres. Este piso se construyó sólo para probar que es imposible complacer a una mujer”.
 
Hijas con futuro.

Dos madres se encuentran en el rellano de la escalera y una le dice a la otra:

– ¿Qué tal tu hija?

La otra contesta:

– Uy de maravilla, después de hacer la entrevista para ese trabajo que te dije, la cogieron, en 2 semanas la han ascendido de administrativa a jefa de sección…

El jefe le ha dado un coche de empresa y ahora le va a alquilar un apartamento cerca de la oficina para que tarde menos en llegar al trabajo.

¿Y la tuya?

– Pues la mía, igual de puta, pero con menos suerte.
 
– Este hombre trabajaba hacía muchos años en una fábrica de conservas.

– Un día confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible compulsión:

– Un impulso incontrolable de meter su p3ne a la cortadora de pepinos.

– Asustada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo.

El marido prometió que lo pensaría, pero continuó repitiendo y repitiendo a la esposa el mismo cuento, hasta que ella, ya harta, un día le dijo:

– Pues mételo a la cortadora de pepinos y no me jodas más, es tu problema.

Al día siguiente, el marido llegó a casa cabizbajo, profundamente abatido:

– ¿Qué pasó, querido? Le preguntó la mujer, preparándose para lo peor.

– ¿Te acuerdas de mi compulsión de meter el pene a la cortadora de pepinos?

– ¡Oh, no! Gritó la mujer.

– ¡No me digas que hiciste eso!

– Si ¡¡lo hice!!

– Oh Dios, ¿y qué pasó?

– Me despidieron… Respondió el marido.

– Y, eh… la cortadora de pepinos ¿te lastimó?

– No…

¡¡¡A ella también la despidieron!!!
 
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– Una pareja de esposos, con varios años de matrimonio, tuvo un terrible accidente, en el que ella resultó con graves quemaduras en la cara.

El médico le dijo al esposo que no podía usar ninguna parte de la piel de ella para hacerle un implante, porque era demasiado delgada.

Así que el esposo se ofreció a donar su propia piel para lo que fuera necesario.

Sin embargo, luego de examinarlo, el médico le advirtió al esposo que la piel que podría utilizar sólo sería la de sus glúteos.

– Conversaron los dos esposos y acordaron que a nadie contarían de dónde se había obtenido la piel, y le pidieron al médico que también guardará el secreto.

– Después de todo, éste era un asunto muy delicado.

Al término de la operación y el período de recuperación, todos quedaron muy sorprendidos con la flamante belleza de la paciente.

– ¡Había quedado más hermosa de lo que había sido antes!

¡Todos los amigos y familiares de ella no hacían sino elogiar su juvenil belleza!

– Un día, ya en su casa, estaban solos los esposos, y ella se sintió muy emocionada con el sacrificio de él, y le dijo:

– “Mi amor, quiero agradecerte por todo lo que hiciste por mí, aunque creo que jamás habrá manera de pagarte por ello”.

-“Vida mía”, contestó él, no pienses en eso.


Siento que me lo agradeces cada vez que veo a tu madre saludarte con un beso en la mejilla.
 
– A los 9 años Jaimito comparece ante el tribunal acusado de haber violado a una niña de 18 años.

En plena audiencia, el Juez pregunta a la abogada:

– ¿Qué puede decir a favor de su defendido, Doctora?

– La abogada baja los pantalones a Jaimito. Le agarra el “pipí” y se lo muestra al Magistrado:


– Mire el tamañito que tiene, señor Juez ¿Cómo van a acusar a este niño de semejante delito?

Mírelo! ¿Usted cree que con una cosita tan pequeña se pueda violar a una mujer?

– Y Jaimito murmura a su abogada:

– “Doctora, no me lo siga sobando que perdemos el juicio”
 
Se están bañando dos amigos en las duchas del club y uno le dice al otro:

– ¿Me puedes dar un poco de tu shampoo?

– ¿Oye pero que tú tienes el tuyo, acaso se te ha acabado?
– No, pero mira, el mío dice para cabello seco, y yo lo tengo todo mojado.
 

Del blog

¿Ha terminado la locura de añadir tantas cámaras a los móviles?

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