Chistes...

– Un joven está paseando por la plaza de un pueblo y decide tomar un descanso.
– Se sienta en un banco… al lado hay un señor de más edad y, naturalmente, comienzan a conversar sobre el país, el gobierno y finalmente sobre los Legisladores y similares.
– El señor le dice al joven:
– ¿Sabe? los legisladores y demás, son como una tortuga en un poste.
– Después de un breve lapso, el joven responde:
– No comprendo bien la analogía… ¿Qué significa eso, señor?
– Entonces, el señor le explica:
– Si vas caminando por el campo y ves una tortuga arriba de un poste de alambrado haciendo equilibrio.
– ¿Qué se te ocurre? – Viendo la cara de incomprensión del joven, continúa con su explicación: .
Primero: No entenderás cómo llegó ahí.
Segundo: No podrás creer que esté ahí.
Tercero: Sabrás que no pudo haber subido solita ahí .
Cuarto: Estarás seguro que no debería estar ahí.
Quinto: Serás consciente que no va a hacer nada útil mientras esté ahí.


ASÍ QUE EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES, HAGÁMOSLO BIEN, TRATEMOS DE QUE NINGÚN ANIMAL SUBA AL POSTE.
 
IMG-20210729-WA0001.jpg
 
Un abogado sale de la ciudad de cacería al campo y tiene la suerte de bajar un pato con el primer tiro.
La pena es que el pato cayó en un sembradío al otro lado de la cerca.
Ya se trepaba a la cerca cuando se le acerca un viejo granjero en su tractor.
– ¿Qué está haciendo?, esta es mi tierra.
– Bueno, lo que pasa es que cacé un pato y cayó en su tierra.
– Lo siento, pero no puede llevárselo – le dice el granjero.
– Soy un gran abogado. Le voy a hacer un pleito y voy a quedarme hasta con su tierra si no me deja entrar a recoger mi pato -amenaza el abogado.
– Aquí en el campo resolvemos las cosas de otra manera -le informa el viejo-
Aplicamos la Regla de las Tres Patadas.
– Y que es la Regla de las Tres Patadas? -pregunta el abogado.
El viejo explica:
– Yo lo pateo tres veces; Ud. me patea tres veces; yo lo vuelvo a patear, y así hasta que alguien se de por vencido.
El abogado viendo que el granjero era viejo y que él estaba en forma, acepto las reglas.
– Esta bien, empecemos – dijo el abogado.
El granjero se bajó del tractor y sin más, con sus botas de trabajo le dio una tremenda patada en la rodilla al abogado; antes de que se doblara, le encajó otra en los huevos, y cuando el abogado se retorcía de dolor, le encajó un soberano patadón en el culo.
Al cabo de 5 minutos, el abogado con mucho esfuerzo se levantó y dijo, saboreando la venganza:
– Ahora me toca a mí.


– No se moleste -le dice el viejo- … llévese su pato, me doy por vencido.
 
Los Amish son una comunidad religiosa de origen menonita de los EEUU.
Rechazan las costumbres y comodidades modernas y mantienen hábitos y tradiciones de la vida rural europea del siglo pasado.
Un niño Amish y su padre están en un centro comercial.
Todo los deslumbra, pero especialmente dos paredes metálicas brillantes que se separan y se vuelven a juntar (las puertas de un ascensor).
El niño pregunta:
– ¿Padre, qué es esto?
El padre (que nunca ha visto un ascensor) le contesta:
– Hijo, en mi vida he visto nada semejante, no sé qué es.
Mientras el hijo y el padre no pueden con su asombro, una señora anciana se acerca a las paredes movedizas y oprime un botón.
Las paredes se abren, y la señora las atraviesa entrando en una pequeña habitación.
Las paredes se cierran y el niño y su padre ven cómo los pequeños números circulares que están por encima de ellas comienzan a encenderse secuencialmente.
Luego de llegar al número más alto, las luces comienzan a encenderse en sentido inverso.
Finalmente las paredes se abren nuevamente y sale una esplendorosa rubia de 24 años.
El padre, sin quitar sus ojos de la chica, le dice al hijo en voz baja:


– ¡¡¡Ve a buscar a tu madre…!!!
 

Del blog

¿Ha terminado la locura de añadir tantas cámaras a los móviles?

  • Si

  • No

  • No lo se

  • Ya me gustaría...

  • Ya te gustaría...


Los resultados solo son visibles tras votar.
Atrás
Arriba