La verdad es que había una cosa que no había entendido del movimiento de
Xiaomi, y al final, este artículo me la aclara. Por mi parte, no entendía por qué una compañía como Xiaomi, que siempre da lo último de lo último en hardware, en su flagship MI5, resulta que no incluye el cargador compatible con carga 3.0. Sólo incluye carga 2.0. Raro, raro, raro..., cuando sabemos que el Snapdragon 820 de Qualcomm soporta dicha carga.
Resumiendo... que Xiaomi, incluye Quickcharge 2.0 para evitar tener que pagar posibles compensaciones por daños en el dispositivo, debido a un mal uso del puerto USB-C. Es decir, el Snapdragon 820 tiene soporte para QuickCharge 3.0, pero para poder cargarlo, necesitas usar el USB-C. Y resulta que el USB-C no cumple completamente con la recomendación USB-IF para poder soportar la tecnología QuickCharge 3.0. Vaya trabalenguas!!.
O lo que es lo mismo, el Snapdragon 820 soportaría QuickCharge 3.0, pero no a través del puerto USB-C, si no a través de otro puerto diferente.
De todas formas, es mejor no dramatizar demasiado con este tema. Aunque el trío
"Snapdragon 820 + QuickCharge 3.0 + USB tipo C" no estén de acuerdo a norma/recomendación USB-IF, en la práctica, por comentarios de los usuarios, el sistema está funcionado. Así que es un poco como decir: "Siendo puritanos, no se puede hacer porque pueden surgir problemas, pero en la práctica, todo el mundo lo está haciendo".
Entiendo que Xiaomi, simplemente se ha lavado las manos con este tema, para que luego, en caso de surgir problemas, no se le pueda achacar ningún tipo de responsabilidad. Como la responsabilidad la asumen los propios usuarios al utilizar los cargadores con QuickCharge 3.0. Si no pasa nada, pues muy bien. Pero si pasa, Xiaomi dirá, a mi no me reclaméis...
Juer, pedazo de tostón que me ha salido...