Un judío trabajaba en un edificio como portero donde un árabe vivía en el pent-house.
El árabe sufría de un problema de hemorragias ocasionales.
Un día va el árabe bajando por el ascensor y le da un ataque hemorrágico, cuando llega a la planta baja el portero judío se da cuenta, lo saca del ascensor, llama una ambulancia y se va con él al hospital. Al llegar al hospital dice el médico de guardia:
– Necesitamos urgente sangre 0+. Y el portero judío accede a dársela, ya que justamente poseía ese mismo tipo de sangre.
Al mes siguiente el árabe le dice:
– En agradecimiento por haberme salvado la vida te regalaré un auto Rolls Royce – con lo cual el judío quedó feliz de la vida.
Al año se repite la historia, le da el ataque, llama el portero una ambulancia y se va con él al hospital.
El doctor dice nuevamente que necesitaban urgente sangre 0+ y el portero otra vez accede a donar de la suya.
Al mes siguiente el árabe le dice:
– En agradecimiento por salvarme la vida te regalaré esta
moto Harley Davidson.
El judío queda pensando por qué le había regalado un auto tan caro el año anterior y éste año sólo una Harley Davidson, que tiene mucho menos valor… pero después llegó a la conclusión de que, una Harley Davidson es una Harley Davidson.
Al año sucede lo mismo, le da el ataque hemorrágico al árabe, y como las veces anteriores, el portero llama la ambulancia se va con él al hospital, el doctor dice que necesita sangre 0+ que el judío accede a donársela.
Al mes siguiente el árabe le dice al judío que en agradecimiento por haberle salvado la vida, le regalará una bicicleta.
El judío entonces se decide a preguntar, para no quedarse con la intriga
– ¿Cómo es que me regalaste un Rolls Royce el primer año que te salvé la vida, el segundo año una Harley Davison y el tercer año sólo una bicicleta?.
No lo entiendo.
Y el árabe le responde:
– Lo que pasa es que cada año que pasa, tengo más sangre judía…