Chistes...

Tres amigos: un rabino, un hombre santo hindú y un abogado, tuvieron problemas con un coche en el campo y se les pidió pasar la noche con un agricultor.
El granjero dijo:
“Puede que tengamos un problema, aquí sólo hay espacio para dos personas, por lo que uno de ustedes debe dormir en el granero.”
“No hay problema”, intervino el rabino, “Mi pueblo vagó por el desierto durante cuarenta años, soy lo suficientemente humilde como para dormir en el granero durante una noche.”
Dicho esto el rabino se fue a pasar la noche en el granero.
Momentos después un golpe se escuchó en la puerta; el granjero abrió la puerta. Allí estaba el rabino de la granja. “¿Qué pasa?” preguntó el granjero.
Él respondió:
“Le estoy muy agradecido buen señor, pero no puedo dormir en el establo. Hay un cerdo en el establo y por mi fe, creo que es un animal impuro.”
Su amigo hindú acordó intercambiar lugares con él. Pero unos minutos más tarde la misma escena volvió a repetirse.
Hubo un golpe en la puerta. “¿Qué sucede ahora?” el granjero le preguntó.
El hombre santo hindú respondió:
“Yo también estoy agradecido por su ayuda, pero hay una vaca en el establo y en mi país las vacas se consideran sagradas. No puedo dormir en tierra santa”.
Bueno, tan solo quedaba el abogado para acudir al establo. Se quejó pero al final acudió.
Momentos después hubo otro golpe en la puerta del agricultor.


Frustrado y cansado, el granjero abrió la puerta, y se encuentra frente a la puerta a… El cerdo y la vaca.
 
Un abogado mantiene un romance con su secretaria.
Al poco tiempo ésta queda embarazada y el abogado, que no quiere que su esposa se entere, le da a una buena suma de dinero y le pide que vaya a parir a Italia.
A lo que la secretaria pregunta:
-¿Y cómo te comunicaré que ha nacido el bebé?
-Tan sólo envíame una postal y escribe Spaghetti por detrás. No te preocupes, yo me encargaré de todos los gastos.
Pasan seis meses y una mañana la esposa del abogado lo llama al bufete exaltada:
– ¡Querido, acabo de recibir el correo y hay una postal muy extraña de Italia…La verdad no entiendo que significa!.
-El abogado, asustado, contesta: . – ¡Espera a que llegue a casa y te explico! Cuando el hombre llega a casa y lee la postal cae al suelo fulminado por un infarto.
Llega una ambulancia y se lo llevan.
Ya en el Hospital, el medico jefe se queda a confortar a la esposa y le pregunta cual ha sido el trauma que ha precipitado tal ataque cardíaco.
Entonces la esposa saca la postal y lee:


– ¡Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti, tres con salchicha y albóndigas y dos con almejas!
 
– Un hombre estaba jugando golf, cuando de repente se sintió perdido.
Vio delante de él a una mujer jugando y fue a su encuentro.
– Buen día ¿Podría ayudarme?, no sé en qué número de hoyo estoy.
– Usted está un hoyo detrás mío. Yo estoy en el 7, usted está en el 6.’
– El hombre le agradeció y continuó jugando.
– Un par de horas más tarde, se sintió nuevamente perdido. Vio a la misma mujer y fue hacia ella con algo de vergüenza.
– ‘Perdón por molestarla otra vez. Me perdí nuevamente.
¿Podría decirme en qué hoyo estoy ahora?’
– ‘Usted está un hoyo detrás mío. Yo estoy en el 14, usted en el 13.’
– Nuevamente le agradeció el gesto y continuó jugando.
– Cuando finalizó, vio a la mujer en el bar del club.
– Fue hacia ella y le preguntó si podría invitarla a tomar un trago, en agradecimiento por haberlo ayudado.
– Ella aceptó y comenzaron a charlar animadamente hasta que él le preguntó a que se dedicaba. –
‘Estoy en ventas.’ . – ¿No bromee, en serio?, yo también ¿Qué vende?’ le preguntó el hombre.
– Ella se sintió un tanto avergonzada de contarle, y después de que él le insistiera, se dispuso a decírselo si le prometía no reírse.
– Él prometió no hacerlo. – ‘Vendo tampones.’ ´
– Él inmediatamente soltó una gran carcajada y entonces ella enojada le dijo
– ‘Me prometió que no se reiría’
– ‘¿Cómo no hacerlo? …


– ‘YO VENDO PAPEL HIGIÉNICO ¡SIGO ESTANDO UN HOYO DETRÁS SUYO!!!.
 
Una señora acude al ginecólogo porque estaba un poco mosqueada por una raya negra que tenía en la entrepierna, justo en la ingle.
– El médico la examina, le dice que no parece grave y le receta una pomada, pidiéndole que regrese a los quince días.
– Pasado ese tiempo, la mujer vuelve y resulta que la raya no había desaparecido, sino que, aún más, esta se había ensanchado.
– Entonces, el ginecólogo le receta una pomada más fuerte y le pide regresar en ocho días. .
– La señora vuelve y la raya era más ancha aún, tanto que ahora el mosqueado era el médico.
Tratando de encontrar una solución comienza a interrogarla:
– Dígame, ¿a qué se dedica su marido?.
– Es carpintero.


– ¡Ahí está, joder!. ¡Dígale a su esposo que cuando tenga ganas de irse para abajo se quite el lápiz de la oreja, cojones!. .
 
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Del blog

¿Ha terminado la locura de añadir tantas cámaras a los móviles?

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