Chistes...

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Niño, toma 50€ para comprar un belén.
Si te sobra algo, te traes cervezas.
 
Esta tarde me han parado dos monjas y me han pedido un donativo de 5 euros.
Me dicen que son hermanas de Dios.
A mi no me engañan.
Dios era hijo unico.
Eso sería pa drogas o algo.
 
He ido al medico y me ha recetado un monton de pastillas porque dice tengo el estomago sucio.
Si me ve los pies, me ingresa.
 
Manolo, ¿ Que quieres comer, macarrones o pollo?
Me da igual
Macarrones o pollo
Que me da igual
Jolín,.... macarrones o pollo?
Macarrooooooones.
Haré pollo, que se pone malo.
 
– Un tipo estaba cortándose el pelo en una peluquería, días antes de hacer un viaje a Roma.
– Le mencionó el viaje al peluquero, que era un pesimista y un envidioso de aquellos, que le dijo:
– ¿A Roma? ¿Por qué alguien querría ir a Roma?
Siempre está lleno de gente. Estás loco si vas Roma. ¿Y en qué te vas a ir?
– Voy por Alitalia – respondió el tipo. – Aprovechamos una gran oferta.
– ¿Por Alitalia? – exclamó el peluquero – ¡Esa mendiga aerolínea!?
Sus aviones son viejos, sus azafatas feas y siempre llegan tarde. ¿Y dónde te vas a quedar en Roma?
– Vamos a estar en el Hotel Internacional Marriot.
– ¿Esa mi&rda de hotel? Todo el mundo sabe que es el peor hotel de la ciudad…
¡¡¡Las piezas son chicas, el servicio es malo y encima son careros!!!
¿Y qué vas a hacer cuando estés por allí?
– Voy a ir al Vaticano y espero ver al Papa.
– ¡Esa si que es buena! – se rió el peluquero
– Tú y un millón de personas más tratando de verlo.
¡¡Lo vas va a ver del tamaño de una hormiga!!
Pero, de todas maneras te deseo mucha suerte en tu viaje. La vas a necesitar… jajajajaja.
– Pasó un mes y el tipo volvió por su corte de pelo habitual.
El peluquero le preguntó acerca de su viaje a Roma.
– Fue maravilloso – explicó el tipo -, no solamente llegamos a tiempo en uno de los aviones nuevos de Alitalia, sino que estaba sobrevendido y nos pasaron a primera clase.
La comida y el vino estuvieron deliciosos y tuvimos una azafata preciosa que nos atendió como los dioses
Y el hotel, fue fantástico. Recién habían terminado un trabajo de remodelación de 25 millones de dólares y ahora es el mejor hotel de Europa.
Ellos también estaban sobrevendidos, de manera que se disculparon hospedandonos en la suite presidencial, ¡sin cargos extra!!
– Bueno – exclamó sin mucho entusiasmo el peluquero – pero supongo que no pudiste ver al Papa.
– La verdad es que fuimos muy afortunados, porque mientras paseaba en el Vaticano un guardia suizo me dio unos golpecitos en el hombro y me explicó que al Papa le gusta conocer personalmente a algunos visitantes.
Me invitó cordialmente a seguirlo para llevarme a las habitaciones privadas del Santo Padre, donde en persona nos recibiría.
Cinco minutos más tarde, el Papa entró por la puerta y estrechó mi mano!
¡Incluso me dirigió algunas palabras!
– ¿De veras? – exclamó el peluquero conmovido – ¿Y qué te dijo?
– Me dijo :
“Hijo mío… ¿Quién fue el mendigo peluquero que te hizo ese corte de mi&rda?”
 
– Era una vez un ladrón que asaltó un banco, los policías lo ven y el ladrón sale corriendo del banco y entra en un convento de monjas, y este se viste como monja.
El policía le dice a la madre superiora:
Señora acaban de asaltar el banco de que se encuentra a dos cuadras, luego de una persecusión nos hemos percatado de aquí ingresó el ladrón…
Eso es imposible oficial acá solo estamos presente las monjas del convento…
Esta bien madre, pero necesito verificar la identidad de las mismas, quiero que todas las monjas hagan una fila, se alcen la falda y digan su nombre:
– Va la primera monja: Sor Teresa.
– la segunda monja: Sor Maria.
– Va la tercera monja: Sor Agustina,

– Y en esas le toca al ladrón y este dice: Sor Presa
 
En cierta universidad se hallaban el rector y la mayor parte del profesorado discutiendo temas variados durante una reunión, cuando de repente se les apareció un ángel.
Se hizo un gran silencio, y el ángel dijo:
Señor Rector en recompensa a todos los servicios que has prestado a tus conciudadanos, a la humanidad, y por tu gran corazón…
He sido enviado para concederte un premio.
Puedes elegir entre:
  • 1) La sabiduría absoluta
  • 2) Riquezas sin fin
  • 3) Una belleza perfecta que te hará irresistible a todas las mujeres.
Sin pensarlo mucho, el rector respondió:
– Escojo la sabiduría.
Y al tiempo que desaparecía entre una nube de humo, dijo el ángel:
– Tu deseo ha sido concedido.
Pasaron varios minutos en total silencio. Mudos por la sorpresa, los asistentes no reaccionaban.
Hasta que por fin se situaron, y maravillados dijeron:
– Por favor, rector, ahora que posee usted la sabiduría perfecta, díganos algo.

– Debí haber elegido el dinero…
 
Una monja tiene una urgente necesidad de ir al baño, así que se mete en un Bar muy popular de la localidad.
El sitio estaba full con música y conversaciones a todo volumen y de vez en cuando las luces del local se apagaban totalmente.
Cada vez que esto sucedía, el lugar se encendía en aplausos eufóricos por parte de la concurrencia.
Sin embargo, cuando los parranderos vieron a la monja entrar, el local se llenó de un silencio sepulcral.
– Ella se acercó al cantinero y le preguntó:
– ” Podría, por favor, usar su baño?”
– El cantinero le dijo:
– “Ok, pero debo avisarle que allí hay una estatua a tamaño natural de un hombre desnudo que tiene solo una hoja de parra en sus partes intimas para taparse”.
– “Bueno, en ese caso miraré para el otro lado”, dijo la monja.
– El cantinero llevó a la monja hacia la parte trasera donde estaba el baño y ésta entró en el mismo.
Luego de unos minutos, ella sale y todo el lugar se detuvo lo suficiente para darle a la monja un estruendoso aplauso.
– Ella se acerca al cantinero, y le dice:
– “Señor, no entiendo. Por qué ellos me aplauden solo porque fui al año?”
– Bueno, lo que pasa es que ahora ellos saben que Ud es una de los nuestros”, dijo el cantinero…
Quisiera tomarse algo?”
– “Pero todavía no entiendo”, dijo la confundida monja .
– Vea Ud., le dice el cantinero riéndose, cada vez que alguien levanta la Hoja de parra de la estatua, las luces del local se apagan!.

Y entonces, le sirvo el trago, amiga?”
 
– En la diócesis barrial llega un curita nuevo recién recibido y el párroco que lo recibe le dice que el próximo Domingo, tendrá que hablar por primera vez en la misa ante la gente para darse a conocer…
– Este Domingo tendrás la oportunidad de tener tu primer contacto con nuestra feligresía; elige un tema bíblico para explayarte…
– No padre, no me animo, soy muy tímido, me voy a poner nervioso…
– No te preocupes, yo me ubicare abajo del púlpito a escondidas del público y te iré ayudando con tus palabras.
– Llega el Domingo y el curita comienza a hablar sobre los milagros de Jesús con el apuntamiento del párroco, tal como estaba previsto.
– El curita dice:
– Un día Jesús se acercó a Lázaro que había fallecido y ante sus seguidores le dijo:
“Lázaro… levántate y anda!… y Lázaro se levantó y andó…
– A lo que el párroco corrigió por lo bajo:
– Anduvo!… estúpido!
– El Curita dice:

– Bueno… anduvo estúpido unos días, pero después anduvo bien..
 
– Jorge entra al bar y ve a Juan sentado en la barra con una sonrisa de oreja a oreja.
– Juan, ¿por qué estás tan contento?
– Jorge, tengo que contártelo todo. Ayer estaba en el muelle encerando mi barco, sólo encerándolo, cuando llega una hermosa pelirroja escultural y me dice: – ¿Me das un paseo en tu barco? – Le dije :¡Por supuesto que te doy un paseito en mi barco!
– Y cuando estábamos mar adentro, apagué el motor y le dije: – Elige: hacer el amor o nadar. Y la muchacha no sabía nadar, Jorge ¡No sabía nadar!
– Al día siguiente Jorge vuelve al mismo bar, y de nuevo allí está Juan, con una sonrisa aún más grande que la del día anterior: – ¿Y hoy por qué estás tan contento, Juan? – ¡Jorge, no me lo vas a creer! Hoy a la mañana estaba en el muelle terminando de encerar mi barco, sólo encerándolo, cuando llega una hermosa rubia despampanante, y me dice: – ¿Me das un paseo en tu barco? – Le dije: ¡Claro que te paseo en mi barco!.
– La llevé mar adentro y cuando estábamos allá, apagué el motor y le dije: – Elige hacer el amor o nadar. Y la tipa tampoco sabía nadar, Jorge ¡No sabía nadar!
– Pasan un par de días, y Jorge entra otra vez al bar, Juan está en la barra llorando sobre una cerveza. – ¿Qué te pasa, Juan? ¿Porqué estás así?
– Bueno Jorge, no te puedo esconder nada. Ayer estaba en el muelle nuevamente encerando mi barco, sólo encerrándolo, y se aparece una estupenda morena super sexy y me dice:
– ¿Me das un paseo en tu barco?. – Cuando quieras, nena ? le dije, y cuando estábamos allá mar adentro, apagué el motor, la miré todita, Jorge, y le dije:
– Elige: hacer el amor o nadar.
– La morena se quitó el top, Jorge y ¡qué busto, qué busto!, se quitó la minifalda, la minifalda, Jorge … y era ¡UN HOMBRE! ¡Y sabes qué Jorge?

– Yo … yo Jorge YO NO SE NADAR, Jorge, ¡NOOOOOO SE NADAR!
 
– En cierta iglesia el cura decidió modernizarse y compró una computadora la cual puso en el confesionario.
– El cura le metió una gran cantidad de datos con los pecados y penitencias que daría, así, ahorraría tiempo y podría atender a todos sus fieles…
Luego de unos días llegó la fecha en que debía de estrenarla, y la primera en llegar al confesionario fue una mujer.
– El sacerdote le dice:
– ¡Hija mía dime tus pecados! y la mujer responde:
– Me acuso de haber dormido con mi novio.
– El sacerdote escribía todo lo que la mujer le decía, pero al final salió un mensaje que decía:
“No computa”.
Luego lo volvió a intentar y la computadora arrojaba el mismo mensaje, el sacerdote le dice a la mujer:

– “Hija creo que la máquina no quiere hablar contigo”.
 

Del blog

¿Ha terminado la locura de añadir tantas cámaras a los móviles?

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