Chistes...

Se acercaba la fecha para evaluación final de inglés en la facultad, como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los que no llegaban al promedio exigido.
El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
– No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
– Si que lo terminaré, contestó el estudiante. Se sentó y empezó a escribir.
Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y los estudiantes, en forma ordenada entregaron sus evaluaciones.
Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro.
En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
– Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
– ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
– No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
– ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
– No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad
En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.

– ¡Extraordinario! -exclamó-. Y se marchó
 
– Tres amigos que acostumbran a jugar golf juntos están listos para iniciar la partida un Sábado, cuando se les acerca un solitario jugador y les pregunta si podría acompañarlos.
– Los amigos se ven las caras y deciden aceptarlo:
-Con gusto, venga con nosotros -le dicen.
– A unos dos hoyos de haber comenzado, los amigos no pueden resistir la curiosidad y, entablando conversación con el extraño, le preguntan:

¿Qué hace para ganarse la vida?.
– Soy un “Exterminador “.
– Los tres amigos comenzaron a reír.
– No, de verdad -continuó el extraño- soy un exterminador .
Yo elimino gente, mi arma está en el saco de palos; la llevo conmigo a todas partes.
Si quieren, le pueden dar un vistazo.
Uno de los amigos decide verificar la historia y al abrir el saco, ve un rifle con una enorme mira telescópica.
– Asombrado dice:
-Que pieza! Apuesto que podría ver mi casa con esto! -y le pregunta al Eliminador-
Puedo probar?
-Seguro -le contesta este.
– Así que el hombre mira por un segundo a través de la mira telescópica y dice:
– Vaya que sí se puede ver mi casa!
Hasta veo a mi mujer desnuda en el cuarto. No es hermosa?
Un momento!
También está mi vecino! Y DESNUDO TAMBIÉN!!
– Totalmente alterado, le pide al Eliminador que tiene que ayudarlo a limpiar su honor.
El Eliminador le contesta:
– Me pagan 10.000 dólares por cada vez que jale el gatillo. A lo que el marido agraviado responde:
– $10.000?! Es mucho, pero no lo soporto.
Tiene que hacer dos eliminaciones, una a mi mujer justo en la boca, porque nunca para de hablar, y otra al tipo ese en los genitales para que aprenda a respetar a las mujeres de los demás!! $20.000. Dele nomas!!
– El Eliminador está de acuerdo.
Se prepara, mira detenidamente por la mira telescópica, hasta que unos cinco minutos después, el hombre, impaciente, le dice:
– Que espera? No aguanto mas!!
¿Por qué no dispara de una buena vez?!

– Solo un poco más… Estoy a punto de ahorrarle $10.000
 
Un par de amigos que vivían en el campo estaban de visita en la ciudad, pasadas las 3 de la tarde les dio hambre y comenzaron a buscar un restaurante en donde comer.
Entonces encontraron un lugar llamado:
“Restaurante pida con poesía y se les atenderá con cortesía.”
Los compadres decidieron entrar al lugar y comer ahí.
Se sentaron en una mesa y comenzaron a hablarle a los meseros, pero estos no les hacían caso.
Pasó un mesero a su lado y los amigos decían:”Mesero, mesero…” y no les hacían caso.
Pasó otro mesero y los amigos decían: “¡mesero, mesero!” sin obtener respuesta alguna.
Los amigos estaban furiosos al sentirse desplazados por ser del campo, estando a punto de abandonar el lugar cuando de pronto ingresa al restaurante un señor ya grande con una jovencita y se sientan en una mesa junto a los amigos.
El señor alza la mano y grita:”¡lero, lero…señor mesero!”
El mesero llega al punto: “A sus ordenes ilustre caballero, aquí está su mesero, que los atiende con esmero.”
El señor dice:
“Para mi sobrina, cuyo nombre es Josefina, traiga un caldo de gallina, y para mi, que me llamo José, traiga una taza de café.”
El mesero apuntó la orden y se retira.
Los compadres asombrados, entienden de que se trata el asunto y después de un momento de ponerse de acuerdo deciden poner en práctica lo escuchado:
“Lero lero… ¡¡mesero culero!! .
Se acerca un mesero inmediatamente: “a sus ordenes, pinches rancheros”
“Para mi compadre una carne asada, hijo de la chingada… y para mi, unos huevos con jamón, grandísimo cabrón.”
El mesero, queriendo devolver los insultos remata:
“¿Con ensalada, hijos de la chingada…?”

“Si, pero sin vinagre, ¡¡¡hijo de tu pinche madre!!! Jajajajajaja
 
Un adolescente que acababa de obtener su licencia de conducir no paraba de interrogar a su padre sobre cómo y cuándo le daría la llave del auto.
El hombre propuso hacer un trato con su hijo:
“Si mejoras las notas en la escuela, dedicas más tiempo a estudiar la biblia y te cortas el cabello, podremos comenzar a discutir sobre el auto.
” El joven dudó por unos segundos pero terminó aceptando el trato de su padre…
Unas seis semanas más tarde, el hombre llamó a su hijo y le dijo:
“Hijo, he visto que has mejorado tus notas, te he observado estudiando la biblia, pero me decepciona ver que aún no te has cortado el cabello…”
El muchacho dijo:
“Sabes, padre, he pensado sobre eso y durante mis extensas lecturas de la biblia me he dado cuenta de que Juan el Bautista tenía pelo largo, Moisés tenía pelo largo, e incluso hay fuerte evidencia que demuestra que Jesús tuvo pelo largo…”
A lo que el padre contesta:

“Hijo querido… ¿También notaste que iban a pie a todos lados?”
 
Eran dos hermanos gemelos, uno corrupto y el otro muy religioso.

El corrupto muere en un accidente y el otro muere de pena pocos días después.

Luego de estar varios días en el cielo, el religioso le pide a Dios dar un paseo porque está aburrido.

Dios lo saca al área neutral, y allí pasa su hermano, en un cochazo, con una rubia y un litro de ron en la mano.

¡Ese es mi hermano!, le dice a Dios.

– Dios responde, “a ese le estamos dando un fuerte castigo”.

– “Pero, ¿cómo un castigo? Si ésa era su vida en la Tierra”.

– “No, la botella tiene un agujerito en el medio y él no se la puede tomar”, dice Dios

– “¿Y la rubia?”

– “Esa no tiene agujerito…”
 
- Una mujer y su marido en una gran discusión:
- Manolo, me tienes mu harta. Mu harta, pero mu harta.
- Tos los dias borracho.
- Estoy de tí hasta al moño.
- Y yo de ti, (decía tambien el marido).
- Eres un ?¡!"·$%&:rage::rage::rage:
- Y tu una, &%%$$""!ª?':rage::rage::rage:
- Y le dice la mujer: ¿ Pos sabes que te digo?. Que el niño, no es tuyo.
- Si, si. Pepito no es tuyo.
- Y va y le dice éste: pos ni tuyo tampoco.
- Se queda un poco descolocá ésta mujer. Un poco fuera de juego, y le dice ¿ Como que mio tampoco?. Si lo parííííí yoooo.
- Si, si. Pero no es tuyo.
- A ver, ...........¿ tu recuerdas cuando estabamos en maternidad recien nacido ?. Y me dijiste: Manolo, cambia al niño, que se a cagao.
- Pos eso...........................lo cambié:tearsofjoy:
 
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Un viejito se casó con una joven de 23 añitos
Después de un año, la lleva al hospital para dar a luz.
Sorprendido el médico le pregunta, ¿Dígame, usted aún puede?,
El motor todavía funciona, responde orgulloso el viejo.
Un año después, se la lleva al hospital para dar a luz por segunda vez.
¿Pero usted todavía puede? pregunta el médico asombrado
El motor todavía funciona, aún con orgullo responde el abuelo.
Unas horas más tarde, el médico sale de la sala de partos, y con una sonrisa de satisfacción le dice:

¡Bueno, abuelo, es necesario que cambie el aceite del motor, nació negrito!
 

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