Chistes...

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– Dos amigos charlaban acerca de la esposa del primero:

– ¡No sé qué hacer amigo!, ya no logro excitar con nada a mi mujer, y ¡ya lo he intentado todo!

– Mirá, a cada mujer hay que excitarla de forma diferente, pero hay algo que sirve para todas por igual:

Los aromas.

– Y eso como es?

– Hoy llega lo más tarde posible a tu casa, para que tu mujer esté dormida; con mucho cuidado, levantas las sábanas y metes la mano en medio de sus piernas.
– Después, te pasas la mano por el rostro, para que se impregne de su aroma, ¿me entendiste?
– ¡Sí!, no hay problema.
– Esa noche, casi en completa oscuridad, el señor sigilosamente se mete a la cama y con la delicadeza que la misión amerita, introduce lentamente la mano por entre las piernas de su esposa, acto seguido frota con intensidad su rostro y se aproxima al oído de su amada.
– ¿Mi amooor…?, ¿mi chiquiiita..?
– La mujer solamente cambia su posición, pero sin despertar.
– Nuevamente el animoso esposo, repite la operación, pero ahora con más intensidad.
– ¿Mi cuchi-cuuuchi..?, ¿mamiiita…?
– Esta vez la esposa lentamente despierta y con un pesado movimiento enciende la luz de la lámpara.
Se queda viendo unos segundos fijamente a su esposo y exclama:

– ¿Y ahora…?, ¿quién te rompió la cara?
 
– Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González.
Uno era sacerdote y el otro era taxista.
– El destino quiso que los dos mueran el mismo día.
– Llegan al cielo, donde les espera Dios:
– ¿Tu nombre? – le pregunta al primero.
– Joaquín González.
– ¿El sacerdote?.
– No, no, el taxista.
– Dios consulta su planilla y dice:
– Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar….
– Gracias, gracias …. dice el taxista.
– Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro Joaquín González.
– ¿Tu nombre?
– Joaquín González.
– ¿El sacerdote?.
– Sí.
– Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.
– El sacerdote dice:
– Perdón. No es por desmerecer, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!.
– Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso. Te corresponden la bata de lino… .
– ¡No, no puede ser!. Yo conozco al otro Joaquín González, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista!. Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba las farolas, se lo llevaba todo por delante…
Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le den la túnica con hilos de oro y la vara de platino y a mí esto?. ¡Debe haber un error!.
– No, hijo mío, no es ningún error -dice Dios-. Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal.
– ¿Cómo?….. No entiendo.
– Sí, ahora trabajamos por objetivos y resultados…
Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida: Durante los últimos 25 años,cada vez que tú predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que el conducía, la gente rezaba.

Y ¡LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS!
 
En un pueblo pequeño varios feligreses con el cura y el alcalde se compinchan para darle un susto al profesor de la escuela quien era un comunista muy ateo.
Deciden disfrazar al alcalde de Jesús y darle un escarmiento…
El alcalde se pone una túnica manchada de rojo, se pinta los estigmas y se pone barba postiza…
El cura le está ayudando y cuando va a ponerle la corona observa que no puede por ser pequeña, despues de intentarlo varias veces deciden romperla y atarla con unas cuerdas a la frente…
Llegada la noche tocan en la puerta del maestro con el disfraz y el cura detrás con una linterna haciéndole efectos de luces… con voz grave le dice al maestro que estaba medio dormitado:
– He venido a por ti…!!
– Dios mío, Dios mío, Señor, perdona no haber creído en ti y perdóname todos mis pecados sobre todo estos meses atrás que he estado en una relación con la mujer del alcalde… y…
Interrumpe el alcalde disfrazado de Jesús…:

– Joder!! con razón no me entraba la corona !!
 
– Una monja visita su doctor.
– Este le manda hacer un examen de orina.
– Cuando llega esta al convento le pide el favor a la señora encargada de limpieza que le lleve el frasco con los orines al laboratorio, dicha señora sale apurada y deja caer el frasco este se rompe y ella siente pena de decirle a la monja lo ocurrido así que toma una muestra de su propios orines y los lleva al laboratorio.
– Pasan los días la monja vuelve al doctor para saber los resultados y el doctor con mucha pena le dice que está embarazada.
Ella contesta:

– “Ya ni de las velas se puede una confiar!”.
 
En el 911 de la policía reciben una llamada desde un convento y el policía de Guardia se persona para ver que pasa.
– A ver cuéntenme.

– Mire señor Policia, en el edificio de enfrente tenemos un exhibicionista y todos los días se dedica a desnudarse sin pudor delante nuestro.
El policía alarmado mira a las monjas y dice:
– No se preocupen que lo cogeremos “infraganti”.
El policía pasa horas vigilando el edificio hasta que, efectivamente aparece un hombre en una ventana.
El hombre se desnuda, pero el muro de la ventana le tapa de cintura para abajo.
– Oigan señoras! No es para tanto – Dice el policía, apenas se ve nada.
La madre superiora contesta:
-¿Qué no se ve nada?. Súbase al armario, súbase…
 
– Un cura iba por el desierto en un camello y la madre superiora iba en otro, entonces el camello de la madre se murió por el calor y el padre le dice:
-Suba al mio madre.
– Al poco rato se detienen a dormir en el camino y el padre dice:
– Oiga madre yo desde niño fui huérfano y nunca he visto una mujer desnuda no me quiere hacer el favor de enseñarme su cuerpo…
– Y en eso sin pensarlo la madre se desnuda y el padre dice:
– Uy,uy,uy qué estructura, que cuerpo tan bello.
– La madre se vistió de inmediato y esta le dijo:
-Oiga padre yo también fui huérfana y tampoco he visto un hombre desnudo no me quiere hacer el favor…
Bueno dice el padre, y se desnuda de inmediato
-Uy,uy,uy que cuerpo que estructurado pero quien es ese peloncito tan bonito…
– El padre contesta:
Es el aparato que nos dio Dios al nacer y se introduce en la cuevita de la mujer y da vida
La madre contestó:

-Oiga padre, si dice que ese aparato peloncito da vida, ¿por qué no se la mete al camello?
 
En pueblo donde habían muchos pecadores un cura decide mostrar ejemplos concretos para ilustrar su homilía dominical.

Para ello, pone cuatro lombrices en 4 frascos:

  • La primer lombriz en un frasco de alcohol.
  • La segunda en un frasco lleno de humo de cigarrillo.
  • Luego la tercera en un frasco lleno de semen.
  • Finalmente la última, en un frasco lleno de agua pura y cristalina.Al concluir su homilía, en la que hablaba de los pecados y de la vida pecaminosa, muestra los frascos:

  • La lombriz que estaba en el alcohol estaba muerta.
  • La lombriz que estaba en el frasco lleno de humo de cigarrillo estaba muerta.
  • Asi mismo la que estaba en el frasco lleno de esperma, también estaba muerta.
  • La última que estaba en agua pura y cristalina estaba bien viva.
Entonces le pregunta a los feligreses:


– ¿Qué enseñanza podemos sacar de esta demostración?

En el fondo del templo se oye una voz de una viejita que dice:

– ¡¡Que mientras bebamos, fumemos y hagamos el amor, no tendremos lombrices!!
 
– Despelote en el patio del convento…treinta y tres madrecitas, hermanitas y novicias tirándose de los hábitos, empujándose, zarandeando y picándose los ojos con los dedos, todas gritando:
– “Me toca.. no, a mi, que yo quiero… bájate, tu ya la has usado…,abusadora, aprovechada, gustona, etc, etc, “
– Irritada, la superiora interviene:
– ¿Qué pasa ?, ¿ A qué viene el barullo? y las monjitas
– Es por la bicicleta, a mi me toca…no a mi, mentira, yo…
– Y otra vez gritó la superiora, molesta:

– Cállense todas… o le pongo el asiento.
 
– Oiga, Tata, necesito un reló.
  • ¿Pa’ qué quiere un reló, m’hijo?
  • ¡En el campo ni falta que hace, pué!
– No, Tata, no. Lo quiero pa cuando salgo por las nochecitas con la María…
  • Pero, m’hijo, ¡usté conoce los luceros de la noche! Usté puede leer la hora en ellos…
– ¡No, Tata, no!
  • Mire, en las nochecitas que están reestrelladas, caminamos de la mano, oigo re-bien los grillos, oigo cómo las plantitas se mueven con el viento…la María huele a jabón y yerbas silvestres…
  • Entons nos sentamos a la orillita del río, Tata… . La empiezo a besar… le acaricio su carita, ¡sus hombros, Tata!
  • Entons rodamos por el pasto… quito su ropa, sus enagüas, ¡todito, Tata! Nos quedamos en cueros’,
  • Tata, y ya cuando la luna ilumina su cuerpo, me subo encima d’ella, la beso en el cuello… ella respira juerte, gime, se queja, jadea y entons me dice:
  • ¡Dámela ‘ora, Juan! ¡Dámela ‘ora! ¡¡¡¡Y yo sin reló, Tata!!!!
 
La Sra. Rodríguez contrata una nueva mucama con una bella cabellera rubia.
La primera mañana, la mucama aparece sin cabello y le dice a la señora:
Yo uso una peluca, porque nací completamente calva. No tengo un solo pelo en todo mi cuerpo, ni siquiera allá abajo.
Esa noche, la Sra. Rodríguez le cuenta a su esposo el caso de la mucama.
Este le dice:
Nunca he visto algo como eso. Por favor mañana, pídele que vaya a la habitación y te muestre.
Yo me escondo en el armario y así doy una mirada.
Al día siguiente, la Sra. Rodríguez le pidió a la chica, ambas se fueron a la habitación y la mucama se desnudó mostrándole.
Entonces dijo la mucama:
Yo nunca he visto una con pelo, porque no me muestra la suya.
La Sra. Rodríguez accedió, se quitó la ropa y le mostró.
Esa noche, la Sra. Rodríguez le dijo a su esposo:
– Espero que estés satisfecho; yo me sentí un poco apenada cuando ella me pidió ver la mía.
El esposo le dijo:
– ¿Tu crees que eras la única apenada?… Conmigo dentro del armario estaban mis tres compañeros de la partida de dominó.
 
– Paco era un gallego que tenía un gran amigo argentino, Juan.
– En un viaje que hiciera Paco a su tierra natal, sufrió un infarto y murió.
– Juan se entera y decide tomar un avión e ir al funeral de su amigo en Galicia.
– Al llegar al lugar donde estaban velando al muerto Juan nota que junto al cajón se encuentra un tarro enorme lleno de crema facial y lo más curioso es que los dolientes, luego de darle el pésame a la madre de Paco, introducían la mano dentro del pote y luego procedían a embarrar al difunto. –
Juan, por respeto, decide hacer lo mismo, pero fue tanta su curiosidad que se acerca cuidadosamente a la Madre del difunto, y en voz baja le pregunta :
– ¿Por qué los deudos le están untando crema a Paco?
¿ Fue por alguna petición especial o es una tradición acá en Galicia?
– La anciana le da una mirada de consternación y le contesta :

– ¡Joder, pero bueno! ¿Ud. no sabía que Paco pidió que lo cremasen?
 

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