Chistes...

Un hombre llega a su empleo el día lunes por la mañana con los dos ojos morados.

Su jefe se sorprende de ver el estado en que llegaba y le pregunta :

José, ¿qué te ha sucedido?, porque vienes con el rostro morado

El hombre respondió:

– Mire jefe el día de ayer domingo estaba en misa, y cuando nos pusimos de pie, noté que a la señora que yo tenía enfrente, la falda se le había metido entre las nalgas, así que lo saqué.

Ella se volvió furiosamente y sin decir una sola palabra me dio un puñetazo en un ojo.

– Ah, ya veo, pero ¿y el otro ojo?

Bueno, es que como ella se había enojado, puse la falda donde estaba…
 
Unos MONJES se encontraban recluidos en el MONASTERIO, y tanto era el tiempo que llevaban sin HACER el AMOR, que decidieron compincharse con las MONJAS del convento que estaba pegado al suyo, y que también estaban bastante SALIDAS.

De esta forma, se les ocurrió perforar unos AGUJEROS en la PARED en las CAPILLAS que sólo estaban separadas por un tabique, de manera que a la hora de bajar a REZAR pudieran realizar los actos sexuales.

A partir de entonces cada vez que sonaban las campanas para ir a rezar monjes y monjas se PEGABAN a la PARED para echar un buen POLVO.

Ante el poco interés que mostraban los monjes al rezar y tras haber encontrado restos de SEMEN en la PARED, el PADRE SUPERIOR decidió instalar unas GILLOTINAS en los agujeros y así cada vez que un monje metiera su MIEMBRO para penetrar se quedaría sin su ÓRGANO SEXUAL para siempre.

Transcurrida una semana el padre superior reunió a todos los monjes en el comedor para ver cuántos de los monjes habían QUEBRANTADO sus VOTOS SAGRADOS.

Puso a todos en fila e hizo que se subieran la SOTANA para ver si tenían o no MIEMBRO.

Cuál fue su sorpresa al descubrir que todos los monjes ya no tenían pene excepto el último de la fila al que le preguntó:


– ¿Y tú cómo es que aún tienes tu MIEMBRO?

A lo que éste le contestó:

– Ezque do METÍA da DENGUA.
 
Un lunes por la mañana, el cartero estaba entregando correo por el vecindario, siguiendo su recorrido de siempre por el vecindario, cuando notó que en una de las casas el propietario de la casa, Carlos, sale de la casa con un cargamento de botellas de cerveza y vino para depositar en el cesto de reciclado.

“Wow Carlos… Parece que ayer tuvieron una fiesta y tiraron la casa por la ventana”, comentó el cartero.

“De hecho, estamos de fiesta desde el sábado.

Esta es la primera vez que salgo de la casa desde el domingo a las 4 de la mañana.

Vinieron 15 parejas del vecindario y la cosa se puso un poco descontrolada. Estábamos tan borrachos que empezamos a jugar al QUIÉN SOY YO”, respondió Carlos.

El cartero se quedó pensando por unos instantes hasta que le respondió:

“¿Cómo se juega al QUIÉN SOY YO?”.

“Bueno…todos los hombres nos metemos en cuarto y comenzamos a salir de a uno cubiertos con una sábana con un agujero por el que solo se asoma “el amigo”, y bueno, las mujeres tienen que adivinar quién es.

El cartero responde:


“Suena divertido, es una pena que me lo perdí.”

“Creo que fue lo mejor que pudo haber pasado”, respondió Carlos, “porque durante el juego las mujeres te han nombrado como 7 veces.”
 
Preguntas indiscretas.

Un cura aficionado a la ornitología tenía doce pájaros.

Todos los días los soltaba para que ellos volaran y éstos siempre regresaban a sus jaulas.

Pero un día regresaron sólo once, así que el sacerdote, decidido, en la misa de las 12:00 del domingo preguntó:

-¿Quién tiene un pájaro?

Al unísono todos los hombres se levantaron.

-No, no me explique bien.

-¿Quién ha visto un pájaro?

Entonces todas las mujeres se levantaron al mismo tiempo.

-¡No, no!

Lo que quiero decir es:

-¿Quién ha visto mi pájaro?

Ante esta pregunta, todas las monjas se levantaron.
 
– Un hombre fue llevado de emergencia a un hospital administrado por monjas, donde lo operaron del corazón.

Después de la operación, el hombre despertó y una monjita estaba a su lado:

– Señor Pérez, la operación fue un éxito.

Sin embargo, necesitamos saber cómo piensa pagar la cuenta del hospital.

– ¿Tiene usted seguro de gastos médicos?

No.

– ¿Puede pagar en efectivo?

– Me temo que no, hermana.

– Entonces, ¿tiene usted parientes cercanos?.

– Sólo mi hermana, pero es una monja solterona sin un centavo.

– Disculpe que lo corrija.

Las monjas no son solteronas; ellas están casadas con Dios.

– ¡Magnífico!


Por favor envíele la cuenta a mi cuñado.

Y ASÍ NACIÓ EL “QUE DIOS TE LO PAGUE”.!!!
 
- Llega uno de Lepe a una estación de esquí en Suiza y ve un cartel informando de las condiciones de la nieve:
- Neuchatel: 14 cm, blanda.
- Lausanne: 19 cm, escurridiza.
- Sachanffhausen: 15 cm, sólida.
- Al leerlo, el de Lepe, va y escribe debajo:
- Pepe López: 24 cm, dura como una piedra.
 
Sorteo de un carro.

Me acuerdo cuando mi papá me dio dinero para pagar la luz, como buen hijo que soy me dirigí para pagar el recibo.

En el camino me encontré con un gran anuncio acerca de el sorteo de un carro y sin dudarlo, con el dinero que me dio mi papá compré un número.

Regrese a casa y le conté a mi papá lo que hice, y también sin dudarlo me agarró a palazos.

Al otro día al levantarse mi papá abre la puerta y se encuentra con un carro nuevo estacionado enfrente de mi casa.

De un solo empezamos a llorar todos, en especial yo, cuando me di cuenta que era el carro de la luz que nos venía a cortar el servicio…

Me agarraron a palazos de nuevo.
 
Erase una pareja de campesinos que después de tanto añorar tener un hijo, al fin consiguieron su cometido.

Tuvieron un niño al que le llamaron Tiros. Tiros creció como cualquier niño normal y, una vez alcanzada la mayoría de edad, se fue para la capital.

Después de algunos meses sin tener noticias de Tiros, el dueño de la tienda del pueblo, que había estado leyendo el periódico, llamó al padre de Tiros diciéndole:

– Compadre, venga a ver esto, hay noticias de Tiros en el periódico.

El titular decía: “TIROS EN LA UNIVERSIDAD”.

El padre de Tiros se puso tan feliz que mató una lechona y celebraron por 3 días el orgullo de que su hijo estuviera en la universidad.

Pasó algún tiempo y después volvió el compadre:

– Compadre, noticias de Tiros: “TIROS EN LA LEGISLATURA”.

– ¡Oh amigo, mi hijo legislador, vamos a celebrar, yo sabía que ese muchacho llegaba lejos…!”

Y mataron una vaca, festejaron por una semana…

Al tiempo volvieron a tener noticias de Tiros, pero esta vez el compadre le dijo:

– ¡Ay compadre, cómo siento tener que decirle esto!


¡Mejor léalo usted mismo, porque yo no tengo corazón para darle esa noticia tan triste!: …

El titular del periódico decía:

“ESTUDIANTES Y POLICÍAS SE COGEN A TIROS”.
 
Las tres hermanas.

Tres hermanas, de 96, 94 y 92 años de edad vivían en su casa juntas.

Una noche la de 96 empieza a llenar la tina para darse un baño, pone un pie dentro de la tina, hace una pausa y grita:

– ¿Alguien sabe si me estaba metiendo a tomar un baño o estaba saliendo de bañarme?

La hermana de 94 le responde:

– No se, deja subo para ver…

Empieza a subir las escaleras, hace una pausa y grita:

– ¿Estaba yo subiendo las escaleras o las estaba bajando?

La hermana menor de 92 estaba sentada en la cocina tomándose una taza de té y escuchando a sus hermanas.

Mueve su cabeza y piensa:

– Espero nunca ser así de olvidadiza…

!!Toco madera!!

Y toca tres veces sobre mesa y luego les responde:

– Ahora voy ayudarles.

Un momento que voy a ver quien está tocando la puerta.
 
El sombrero perdido

Un anciano era muy infeliz porque había perdido su sombrero favorito.

En lugar de comprar uno nuevo, decidió ir a la iglesia y robar uno del vestíbulo.

Cuando llegó allí, un monaguillo lo interceptó en la puerta y lo llevó a un banco donde tuvo que sentarse y escuchar un sermón entero sobre los Diez Mandamientos.

Después de la misa, el hombre se encontró con el predicador en la puerta del vestíbulo, le estrechó la mano vigorosamente y dijo:

“Quiero darle las gracias por salvar mi alma hoy, predicador.

Vine a la iglesia para robar un sombrero, pero después de escuchar su sermón sobre los Diez Mandamientos, decidí no hacerlo. “

“¿Se refiere al mandamiento de No robarás, por el que cambió de opinión?”, preguntó el predicador.

“No, al de No cometerás adulterio” dijo el anciano.


“Tan pronto como lo pronunció, ¡recordé dónde dejé mi viejo sombrero!”.
 
Estrenando Frenos Nuevos

Un entusiasta del tuning de automóviles estrena unos potentes frenos en su nuevo carro.

Deseoso de probarlos con alguien que alabe su eficacia encuentra a un amigo al que dice:

– Vente que te voy a enseñar los potentes frenos que he instalado en mi carro.

El amigo accede un poco expectante de la prueba.

Están en el campo dentro del carro, el conductor entusiasmado le dice al amigo:

– ¿Ves aquel papel en el suelo?

Pues verás.

Acelera de manera vertiginosa y cuando está cerca del papel frena en seco a un palmo del mismo, a la vez que dice:

– ¿Asombroso? ¡eh!

Seguidamente se encamina hacia un muro a toda velocidad, cuando casi se lo comían frena de nuevo bruscamente y se queda a centímetros de la pared.

– Espectacular ¿eh?

¡Pues verás ahora!

Acelera todo lo que el carro puede, van directos hacia un acantilado y cuando prácticamente solo ven el horizonte, frena violentamente, se quedan con las ruedas al borde del precipicio.


– ¿Qué te ha parecido?

– Vamos a volver donde estaba el papel.

– Te ha gustado ¿eh? Quieres repetir.

– ¡No, es que me he cagado!.
 

Del blog

¿Ha terminado la locura de añadir tantas cámaras a los móviles?

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